
Por Gabriel Link –
El sábado, una de las tribunas del carnaval de la vecina ciudad de Uruguaiana se vio enlutada por una gran bandera negra que contenía la tristemente célebre frase “Macri Gato”. En un nuevo intento desestabilizador del kirchnerismo libreño que no soporta ver como sus “negritos” se quedan sin leche y sus viejos sin remedios. Sin entender los muy necios que lo que necesitaba la patria era “volver al mundo” y “reactivar el campo” y que a esa esperada reactivación “alguien la tiene que pagar”, y que de esa factura no se puede hacer cargo “la gente”, que se vio miserablemente castigada durante “la década robada”.
Estos ñoquis, que “parecen panelistas de 6,7,8” eligen la confrontación con “el presidente del trabajo, de las soluciones y de una Argentina unida“, el que al asumir nos dijo: “Desde el fondo de mi corazón les digo que si nos unimos seremos imparables”, el que, desgarrandosele el corazón anunció que al asumir sus prioridades serían “pobreza cero, la derrota del narcotráfico y la unión de los argentinos”, el que asumió asegurando que “No habrá jueces macristas”, el que en un rapto de lucidez supo definir los despropósitos del clima acuñando aquella frase genial “Hay lugares donde falta el agua y lugares donde sobra“.
El color de la bandera pone de manifiesto el origen social de quienes la pusieron, estos negros marxistas-chavistas, defensores de “la corrupción K”, que “no quieren a la democrácia” pretenden seguir cobrando sus “planes descansar” para vivir sin trabajar, y se niegan a “garrarlapala”. Gente que no entiende que “Un aumento de $200 en la factura de luz equivale a dos taxis o dos pizzas”.
Esta bandera es una prueba cabal de que “La Cámpora drogada y armada” hace lo que sea para arruinar el proyecto de “diálogo y transparencia” que supo votar el gran pueblo argentino para salir de la “pesada herencia”, porque el país que ellos dejaron “estaba dividido”, no como ahora, que “la gente está feliz” y dialoga entre sí. Algún día deberán entender estos negros de alma (“no de piel”) que “El Estado no es una bolsa de trabajo, no tiene que pagarle a una cantidad enorme de militantes“.
Sin comprender los muy necios, que llegó la hora de sacrificarse, porque por culpa de ellos estamos en un “tunel oscuro, oscuro, oscuro, oscuro”; tras el cual, gracias al “mejor equipo de los últimos 50 años”, comienza a verse algo de luz que terminará de consolidarse en el “segundo semestre”, pero que ya presagia los “brotes verdes” que se generarán con la “lluvia de dólares”, que comenzará a llegar “ni bien la tirana vaya presa”.
Cuando todos mueran, será justicia!
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