Por Gabriel Link –
Ayer, mediante un posteo de Facebook, este cronista alertaba sobre una reunión convocada por las autoridades del radicalismo, principalmente encarnadas en Eduardo Vischi y su ex supersecretario de Gobierno José Sincovez. La reunión era la primera de una serie en la que “los leales” serían adoctrinados por Sincovez.
De la misma participarían algunos (los más encumbrados) de los casi 150 empleados que, días antes de irse, los radicales pasaron antojadizamente a Planta Permanente, colocándolos en lugares estratégicos para poder “espíar” y en lo posible “entorpecer” la tarea del equipo del intendente Martín Ascúa.
El posteo de ayer:
En esa frustrada reunión, Sincovez y Vischi esperaban recibir la información encargada, e instruir en el “cómo seguir” a sus ex empleados de confianza, en las tareas de espionaje que se les requiere a cada uno de ellos.
El medio elegido ayer fue la red social y no este portal, pues no había chequeo de nuevas fuentes, solamente teníamos la información de la fuente original. El chequeo llegó recién hoy a la mañana por dos vías diferentes, la confirmación de la existencia del concilio por parte de uno de esos empleados pasados a planta por Sincovez (que no se siente cómodo en el rol que pretenden adjudicarle), y una captura de pantalla, enviada por un tercero a través de un mensaje de WatsApp de un diálogo entre dos de ellos.
Lo cierto es que el rumor de ayer se convirtió hoy en noticia, pero también sirvió para que Vischi abortara la reunión, pues las autoridades municipales ya estarían alertadas. Una vez trascendida nuestra publicación la “junta de trabajo” se canceló, eso fue lo que confirmó nuestra tercera fuente mediante una captura de pantalla que incluía otra captura, la de nuestro posteo de ayer.
“Topo te avisaron de alguna reunión a vos?” le pregunta alguien a un empleado municipal
-Suspendieron
-pensé que salía igual. Están enojados porque alguien contó que había esa reunión parece
La última respuesta, que no hace otra cosa que confirmar el “enojo” por la filtración, fue una captura de pantalla del alerta en cuestión, nuestro aviso de ayer.
Un rato antes, uno de los empleados convocados a esa reunión mostró su indignación en diálogo con este cronista, “yo dije que era radical para que me dieran trabajo, pero no soy de ningún partido. Cuando entré me pidieron que me afiliara a la UCR y lo hice porque le tengo que llevar la comida a mis hijos, pero ahora el Chelo ya no me puede echar, ya no le tengo miedo. Yo quiero que a Ascúa le vaya bien, no tengo ninguna intención de perjudicarlo, y cuando me mandan mensajes les digo que voy a ir, pero ni loco me voy a meter en eso. Primero porque no quiero joder a nadie, y segundo porque si me ven entrar me van a echar del trabajo, y yo cuido mi laburo”, dijo el empleado municipal.
Lo venimos alertando desde antes mismo de que Ascúa asuma, los radicales dejaron bombas para que estallen en su gobierno y espías en planta permanente para que las custodien; y están atentos a que nadie desactive esas bombas. De esta reunión nos enteramos y pudimos dar la voz de alerta, aunque los radicales no son estúpidos, y ante la imposibilidad de hacer una reunión numerosa con empleados municipales buscarán la manera de acercarse a ellos aunque sea de a uno.
Esperamos que que esto le sirva al intendente para tomar medidas, verificar que cosa puede estar mal en todas las áreas donde ellos les dejaron “herencia de personal” y rotarlos para, aunque sea ganar tiempo hasta que los melones arriba del carro se terminen de acomodar.
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