Por Gabriel Link –
Tras diez días de silencio la Asociación Civil por la Memoria, la Verdad y la Justicia emitió hoy un comunicado a través de las redes sociales repudiando “la presencia del agente de reunión del ex Servicio de Inteligencia 123 durante la última Dictadura Militar, Francisco Espinoza, en el palco oficial del Carnaval Popular el día 12/01/18”.
Tras el revuelo causado por la denuncia publica realizada por el director de este portal llamaba la atención que la Asociación no emitiera opinión al respecto, no tanto por la aparición de Espinoza en el palco dispuesto para las autoridades municipales, sino por el evidente vínculo que el ex delator del Destacamento 123 mantenía con el Municipio, vínculación que Contrapoder dejó demostrada mediante la publicación de un comentario en las redes sociales, en el que el mismísimo secretario de Obras Públicas declaraba que no había podido ocupar la oficina que le correspondía porque le había sido asignada al ex represor.
En otro párrafo el comunicado indica que “se mantuvo una reunión el día 23/01 con el Director de Derechos Humanos de la Municipalidad, Prof. Ricardo Vassel (quien nos) nos informa que el Sr. Francisco Espinoza no es funcionario, ni personal del actual gobierno municipal”. De hecho este portal ya había explicado en la nota del pasado jueves 18 de enero, que tal vínculo formal no existía, puesto que Espinoza oficia como consultor externo, realizando trabajos que luego le factura al Municipio.
Con todo el respeto y cariño que le merecen los compañeros de la Asociación, que cada día realizan desinteresadamente actividades absolutamente loables para defender los derechos humanos de aquellos a quienes la justicia o las fuerzas de seguridad se los vulneran, este periodista quiere hacerles saber que lo grave no es la aparición eventual de un represor en un palco, lo grave es la permanencia de un represor, a diario, en una oficina municipal en la que se deciden cosas.
¿O acaso está mal que se lo vea a Espinoza en público con nuestras autoridades, pero si esas mismas autoridades lo mantienen escondido está bien?
A diario, desde que publicara el primer comentario sobre la presencia en el palco del carnaval popular en su cuenta de Facebook, este periodista recibió cuestionamientos por hacer público un hecho que podría afectar la imagen del gobierno popular. Y eso resulta “indigerible” desde todo punto de vista, puesto que no es algo que no se debió publicar, es algo que no debió ocurrir.
La “naturalización” de este delator de la dictadura dentro del nivel dirigencial del PJ no es responsabilidad del intendente Ascúa, desde hace años los diferentes presidentes del partido lo aceptaron como si fuese uno más, lo hizo Fontana y todos los que los antecedieron en las últimas dos décadas, y eso se dio por su cercanía con el ex vicegobernador Eduardo Galantini, quien siempre lo impuso como “su” hombre en Paso de los Libres.
El único fin que persigue Contrapoder con estas publicaciones es que ningún ex represor forme parte de la vida pública en democracia, lo que antes era indefendible en la relación Tarabini-De Miranda también lo es con Ascúa-Espinoza. Quien antes cuestionó a De Miranda y hoy se hace el boludo con Espinoza “por no perjudicar al intendente” está realizando una de las practicas más comunes y despreciables de la política, la hipocresía. Perdón por negarnos a cometer ese “pecado”.
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