
De la Redacción de Contrapoder –
La convocatoria a una reunión de urgencia por parte del Gobierno logró su primer cometido en la CGT, dilatar el anuncio de un paro general para no ver arruinada su “fiestita” del anuncio de la entrega del patrimonio y la soberanía nacional al FMI. Al mismo tiempo provocó un aumento en la tensión interna de la CGT.
Si bien la propuesta realizada por el Gobierno este jueves fue, al menos discursivamente, rechazada por la cúpula de la CGT, el ministro Dujovne quedó en contestar el próximo martes el petitorio de cinco puntos que presentó la central obrera para reconsiderar la realización de un paro general. El Consejo Directivo de la central de Azopardo decidió entrar en “un compás de espera” y pasó a un cuarto intermedio hasta el martes próximo
Las cinco demandas de la CGT a la que deberá responder el gobierno el próximo martes son: una norma concreta por parte del Gobierno que evite los despidos y suspensiones en el sector público y privado por los próximos 6 meses; reapertura de las paritarias cerradas a la fecha sin ningún tipo de limitación para la discusión, principio que debe sostenerse con las que actualmente están discutiendo aumentos salariales; eliminación en la base de cálculo del Impuesto a las ganancias (sobre la 4ta. Categoría) del Sueldo Anual Complementario a cobrar en el mes de julio; Devolución en su totalidad y en forma urgente de los fondos correspondientes a los gastos de salud de las obras sociales sindicales; Compromiso para que no exista modificación alguna sobre la actual Ley de Contrato de Trabajo.
A pesar de que los sectores cercanos a Moyano y Palazzo exigieron poner fecha para un paro general, tal como se había adelantado, la posición que se impuso en el Consejo fue la de los dialoguistas y la decisión fue suspender la conferencia de prensa prevista para esta tarde y darle al Gobierno el impasse que necesitaba para anunciar el acuerdo con el FMI.
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