De la Redacción de Contrapoder –
La Justicia jujeña, manipulada a su antojo por el dictador radical jujeño Gerardo Morales, tuvo que volver a retroceder y ordenarle al juez Pablo Pullen Llermanos que acate, aunque sea parcialmente la acordada de la Corte Suprema de la Nación que lo obligó a restituir la prisión domiciliaria a la líder de la Túpac Amaru, Milagro Sala. Sin embargo, la dirigente política no fue trasladada a su domicilio como indicó la CIDH y ordenó la Corte, sino que fue trasladada nuevamente a la casa ubicada en la localidad de El Carmen, donde se encontraba detenida antes de que Pullen Llermanos decidiera revocar su condición de detención sin ningún fundamento y trasladarla a una cárcel salteña.
En el entorno de la líder social cuestionaron también la última resolución. Sostuvieron que el propio pronunciamiento del juez habla de la “prisión ad hoc”. Es que Morales había montado, ya el año pasado, un operativo inédito alrededor del domicilio en el que la dirigente volvió a estar apresada. Había solicitado camiones de gendarmería y otras medidas de seguridad que no se aplican a ningún detenido en esas condiciones.
El regreso de Sala a El Carmen no fue la única novedad. Pullen Llermanos determinó que, a partir de ahora, no podrá tener médicos que no estén matriculados en la provincia de Jujuy. Esto significa que no podrá atenderse con el equipo de médicos que coordina el ex ministro de Salud Daniel Gollán.
El magistrado había revocado la domiciliaria el pasado 7 de agosto. Lo había hecho con una notificación en la que no argumentaba los motivos por los que volvía a enviar a Milagro a la prisión, violando la decisión de la Corte Intermanricana de Derechos Humanos (CIDH) y de la Corte Suprema de Justicia.
Al reponerla a El Carmen, Pullen Llermanos impartió nuevas restricciones, entre otras ordenó en su resolución “disponer ‘reglas de conducta’ que deberán ser observadas por Sala y sus familiares que la acompañen en el lugar de detención y bajo apercibimiento de revocación inmediata de la modalidad domiciliaria de prisión preventiva”.
“Sala deberá informar y acreditar documentalmente ante el Juzgado residual a través de sus defensores y dentro de las 48 horas, respecto de todo tratamiento médico y psicológico que debe realizar, así como sobre las prescripciones de medicamentos que le fueran indicados, siendo esos únicos fármacos los únicos que serán admitidos para el ingreso”.
En ese sentido, mostrando su prepotencia habitual el juez ordenó dos requisas previas al regreso de Milagro al domicilio, una por parte de un escuadrón antibombas y el otro por parte de la sección antinarcóticos de Gendarmería. El juez ordenó que fueran retirados todos los medicamentos de uso personal que Raúl Noro guardaba en su mesa de luz.
Noro padece problemas cardíacos, perdida de memoria, colon irritable, hernia del hiato y diarrea cronica. Las provocaciones y las humillaciones por parte del juez llegan hasta ahí.
Las nuevas “condiciones” también incluyen que: Los familiares de Sala estarán obligados en carácter de garantes, a velar por el cuidado de la salud, integridad física y vida misma, siendo responsables por la introducción de cualquier objeto o sustancia no permitida, o no declarada o informada al Juzgado, y de la cual pudiera resultar algún riesgo para la salud y seguridad de Sala”.
Asimismo, “serán igualmente responsables por la manipulación riesgosa para la salud o seguridad de Sala, que la misma efectuare con cualquier elemento o sustancia de uso doméstico existente en el inmueble”, establece otro de los puntos de la resolución.
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