
De la Redacción de Contrapoder –
El ministro de Defensa, Oscar Aguad habló hoy en conferencia de prensa, acompañado por el jefe de la Armada, José Luis Villán, y el ex vocero de la fuerza, Enrique Balbi. La rueda se realizó en el Edificio Libertad y el motivo anunciado fue el de dar precisiones sobre el hallazgo del submarino ARA encontrado anoche. Aguad confirmó que el hallazgo de la empresa Ocean Infinity, es efectivamente el submarino perdido hace un año, que está a 907 metros de profundidad, que muestra señales de haber implosionado, y que la posibilidad de reflotarlo depende de la decisión judicial y de la tecnología existente.
“El submarino está muy cerca de donde se informara la anomalía acústica”, reconoció Aguad, en referencia a la explosión detectada desde Viena en noviembre de 2017. Villán agregó que “se le dio un 90% de importancia” al área en cuestión. Agregó que “la visibilidad es reducida por la la salinidad” y que antes de dar mayor información respecto de un posible rescate, aun se necesitan “imágenes de mayor precisión”, algo de lo que se ocupará el Seabed Constructor, el buque destinado a la búsqueda.
Balbi mostró gráficos y maquetas a la par de imágenes del lecho marítimo donde se halla el submarino y precisó cuáles son las partes identificadas. “Por lo que se ve suponemos que hubo una implosión, hay parte desprendidas no sabemos si están separados”, dijo, e indicó que “el casco está en una sola pieza, no está partido al medio”. Afirmó que hay que esperar el mapeo de la empresa para tener más certeza. “Se ven tres partes: la proa que envuelve el lanzatorpedos; la popa, con el lastre; y la vela inclinada a 90 grados”. El submarino está a 500 kilómetros de la costa de Comodoro Rivadavia, en mitad del golfo de San Jorge. El área de escombros es de 80 por 100 metros, lo cual reafirma la idea de que implosionó cerca del fondo. El casco está abollado hacia adentro, por la presión del agua.
Aguad y Villán contaron que si bien hubo un mensaje en la noche del jueves no quisieron alimentar esperanzas sin certezas porque “estábamos curados en salud”. Finalmente, después de la medianoche del viernes, llegó la confirmación. En horas de la mañana de este sábado, los robots pudieron tomar imágenes preliminares y ahora el siguiente objetivo es “hacer el mapeo con tecnología de última generación para lograr imágenes más nítidas”.
Ahora resta saber si se podrá reflotar el submarino. Villán pidió tener prudencia. “Hay dos límites, uno es la Justicia”, dijo respecto de la causa que instruye la jueza Marta Yáñez. “Ella puede determinar la remoción de las partes, pero eso obedece al campo pericial”. El otro límite, según el jefe naval, es la técnica. “La empresa dijo que hay posibilidades, pero cuando afirmó eso no teníamos la ubicación. Hoy no podemos afirmar ni negar, el tiempo dará la respuesta”.
Sin embargo, Aguad fue categórico con el tema: “no tenemos equipamiento para extraer el submarino” del lugar donde se lo encontró. “Ahora esperamos la información de la empresa, que nos debe brindar por contrato. La estudiaremos y veremos qué hacer”, indicó. Especificó que habló con la jueza para informarle del hallazgo y que “mucho de lo que suceda lo resolverá la Justicia”.
Respecto de la búsqueda, subrayó que en su momento “las armadas de todo el mundo pasaron por el área de búsqueda coincidente con el incidente sonoro y no se lo detectó, porque no era fácil”. También aseguró que se le dio libertad a Ocean Infinity para buscar “donde creyeran más conveniente”. Precisó que examinó el área, 200 millas al norte de donde buscaban, y que cuando iban suspender la actividad hasta febrero, para ir a Sudáfrica, “volvieron por indicación de la juezas y las familias”, y así confirmaron el contacto.
Balbi explicó que hubo 15 áreas de búsqueda por parte de la empresa. El submarino apareció en una subzona del área 1, que para la Armada era “la de mayor probabilidad de encontrarlo”. Agregó que “el contacto definitivo fue el 24, hubo 23 previos que se desecharon, como formaciones geológicas”. La empresa, según Villán, operó primero en zonas de más fácil acceso para preservar equipos, antes de explorar en zonas más complicadas.
Aguad se detuvo en el lapso de tiempo entre el último contacto del submarino, a las 8:30 del 15 de noviembre de 2017, y el ruido detectado en Viena a las 10:51. “Eso marca el tiempo del desenlace de la tragedia”, dijo, y manifestó que por el corto lapso de tiempo, “no hubiera habido un buque que llegara a auxiliarlos”.
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