De la Redacción de Contrapoder –
El presidente de Brasil, el fascista Jair Bolsonaro y el ex juez Sergio Moro mostraron una vez más el desprecio que sienten por la justicia y la impunidad de la que gozan gracias a la cobertura de los principales medios de comunicación. En la tarde de ayer arribaron juntos al predio de la Agrupación de los Fusileros Navales en Brasilia a bordo de una lancha que atravesó el lago Paranoá, en la zona este de la capital brasileña.
Poco después el mandatario condecoró a su superministro de Justicia y Seguridad Pública, en una evidente muestra de apoyo tras conocerse este domingo las graves denuncias de irregularidades en el marco de la investigación del “Lava Jato”. Al ex juez que encarceló a Lula se lo acusa de dar órdenes secretas a los fiscales respecto de cómo avanzar en el juzgamiento del ex presidente, quien actualmente continúa detenido.
Moro recibió la medalla de la Orden de la Marina. Un episodio que cobró singularidad tras el escándalo destapado el domingo por el sitio The Intercept al publicar conversaciones del ex juez con el jefe de fiscales de la causa anticorrupción Lava Jato.
El ex juez ayer también recibió el apoyo explícito del vicepresidente, general en retiro Hamilton Mourao, y del ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, general en retiro Augusto Heleno. Incluso el presidente y su ministro, previamente, se habían mostrado conversando en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial del gobernante.
Como si la burla fuera poca, El Supremo Tribunal de Justicia cerró su audiencia de este martes sin tratar el pedido de excarcelación del ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, pese a que había sido incluido en la agenda oficial la noche del lunes. Las más de cuatro horas de debate estuvieron dedicadas a discutir otros asuntos y el recurso del Lula, que desde abril de 2018 purga una pena de 8 años y 10 meses de cárcel por corrupción, quedó fuera de la pauta.
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