Por Gabriel Link –
En la primera revalidación de títulos desde su asunción en diciembre de 2017, Martín Ascúa logró este domingo cuatro bancas para el peronismo en el Concejo Deliberante, y con ellas la mayoría del cuerpo deliberativo. Celeste Ascúa, Renato “Chipi” Di Tella, Adriana Fernández y Cesar Barés pasarán a formar parte, a partir del 10 de diciembre de una bancada de siete concejales, compuesta además por Diego Figueredo (PJ), Beatriz Moreyra (PL) y Pamela Fernández (FR). De esos siete nombres saldrá el presidente del Concejo Deliberante, aunque la discusión no debería trascender a dos, Figueredo y Ascúa.
Los otros dos concejales los aporta la UCR, Mónica De Gaetano y Edgardo Vischi vienen a “renovar la política”, como siempre dicen, pero nunca hacen los radicales. Dos viejas y ajadas figuras, que nada le aportan a la sociedad ni a su partido, que continúa estancado en la misma recesión política que lo llevó a perder el municipio en 2017. Ni ellos, ni Alberto Yardín con su vieja “ambulancia” pudieron contra la renovación del peronismo libreño, que parece empezar a concitar seriamente la atención del electorado.
De hecho, la lista de Ascúa logró varios puntos más que la suma de ambas opciones opositoras.
Con este importante triunfo el intendente libreño se consolida en todos los frentes: En lo partidario porque resolvió con holgura una suerte de interna anticipada; en el escenario local porque potencia su figura frente a una oposición cada vez más opaca; en lo provincial se hace más fuerte en la diáspora peronista, y en lo nacional consolida su alianza estratégica con la senadora Ana Almirón, alguien que durante dos años se sentó a dos bancas de la nueva vicepresidenta de la nación, y será, seguramente, la encargada de abrir en Buenos Aires las puertas que no se abren en la capital provincial.
A diferencia de otros distritos, en los que el peronismo también fue dividido, la escisión de Alberto Yardín no alcanzó para hacerle perder la elección a Ascúa. Como ejemplo sirve Santo Tomé, dónde un Víctor Giraud tan enceguecido por romper como el “Loro”, le “regaló un triunfo impensado a los macristas de ECO. En Libres, el Frente Todos se impuso a un radicalismo muy devaluado por una diferencia de 14 puntos y al diputado provincial por más de 35.
“Estamos muy agradecidos por el fuerte apoyo que recibimos de los libreños y las libreñas a menos de dos años de gestión, hoy sentimos un fuerte respaldo popular y eso nos tiene que motivar para ser mejores”, aseguró Ascúa a Contrapoder. Respecto de la mayoría en el Concejo el intendente admitió que es importante, “pero cuando uno hace las cosas bien se las arregla para gobernar aunque el Concejo esté en contra, como nos ocurrió en esta primera mitad de mandato”.
“Lo más importante es que Alberto y Cristina ganaron la elección nacional y eso nos pone en otro país, un país sin excluidos, que los libreños vamos a ayudar a construir desde donde nos toca, con la responsabilidad que nos caracterizó hasta ahora”, concluyó el jefe comunal.
Un párrafo final para el ex intendente Eduardo Vischi, otrora estrella fulgurante en el firmamento local: Peteco pareciera estar en una posición similar a la de Ángel Pardo en el ocaso de su vida política, ya que tras haber recorrido todos los medios “advirtiendo” que se quedaría en Libres para “ponerse al hombro” la campaña, apenas logró el apoyo de tres de cada diez libreños, los números fríos muestran que los siete restantes le dieron la espalda. Pareciera que con Ricardo Colombi saliendo o fuera del poder sus armados políticos fracasan, tal vez por falta de estrategia; tal vez por haber basado su poderío en campañas exageradamente ostentosas que esta vez no pudo materializar; o tal vez por carecer de figuras públicas atrayentes para el electorado. Peteco siempre se caracterizó por rodearse de inútiles, ignorantes y ladronzuelos, y, como reza el refrán… “El que mal anda, mal acaba”. ¿Estaremos presenciando el ocaso de otro caudillo? En su perfil de Facebook, el ex intendente publicó una foto suya votando con el epígrafe: “Votamos futuro”, aunque no pareciera ser el suyo el más promisorio.
Pensando en 2021, nada podría ser más auspicioso para la ciudad.
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