
Días atrás el senador, que tras el cambio de gobierno abandonó el kirchnerismo para dar una voltereta antagónica y acercarse al macrismo reconoció que piensa para Corrientes una construcción similar a la que se llevó a cabo en Jujuy y derivó en la “dictadura legal” de Gerardo Morales.
Finalmente “Camau”, corrido por los tiempos, asumió su “tranfugueada”. Dijo que mantiene diálogo con la ultraderechista ex cavallista y actual referente del macrismo, Ingrid Jetter, y también con el ex radical y actual referente massista “Nito” Artaza.
Es evidente que este trío de “ex alguna cosa”, que busca poder al calor de quien mande, sin la menor aversión por las traiciones y sin convicción alguna, no representa al peronismo correntino. Son todos alocados oportunistas, a quienes un partido u otro les da exactamente lo mismo.
En ese escenario aparece Fabián Ríos abriéndose a la posibilidad de lanzarse al ruedo. Hasta fines de diciembre, el alcalde capitalino se había mostrado más que respetuoso de la candidatura del ex deportista y analizaba su reelección al frente de la comuna esperando que Espínola retomara el camino partidario tras las versiones que circularon durante todo el año a partir de su comportamiento legislativo. Camau le votó a Macri exactamente las mismas leyes que Massa, o sea, todas. Pero lejos de eso Camau comenzó a hablar de otro proyecto, un proyecto conservador, el más conservador de todos.
Mientras en el peronismo se sigue hablando públicamente de una interna en marzo para resolver a su candidato a gobernador, en voz baja se comienza a vislumbrar que tal interna finalmente no se dará pues Camau elegiría irse por afuera ante la posibilidad de perder la compulsa partidaria y quedarse sin nada.
Es como si el espacio lo absorbiera a Fabián, es como si la situación lo obligara a arriesgarlo todo. El peronismo reclama a un líder que los represente, que exprese sus ideas, y ese líder es él, por lejos el dirigente político más formado y comprometido con lo popular que tiene la provincia.
Para los que deseamos peronismo explícito en Corrientes, lo que se ve a priori en el horizonte es la posibilidad de un escenario dividido en tercios, con un radicalismo debilitado por el “síndrome del Pato Rengo” de Colombi, un rejuntado conservador similar al jujeño encabezado por Camau, y un PJ que, con Ríos a la cabeza, volvería a expresar verdadero peronismo, como ocurrió en 2009, cuando los primos se pusieron de acuerdo para sacar a Fabián del balotaje mediante un evidente fraude electoral y de ese modo limitar la disputa electoral a los dos radicales, sabiendo que el enfrentamiento entre ellos era tan grande que los que salieran terceros en la 1º vuelta elegirían a Ríos solo para que no ganase el otro Colombi.
Cuando, en 2013, se definió la candidatura en favor de Camau fue porque los números mostraban que, si bien Fabián Ríos era mejor candidato en el interior, el surfista tenía más aceptación en la capital, que es profundamente conservadora y es donde vota casi el 40% del electorado. Hoy Fabián, a partir de un gobierno notable, es el político que mejor mide en esa ciudad, y eso, para muchos analistas, lo convierte en potencial gobernador.
Lo que tienen claro en el entorno del intendente capitalino es que Fabián no se va a lanzar a la aventura. Si visualiza la posibilidad de ganar arriesgará, pero será un paso muy bien pensado porque la decisión incluye la solución a un verdadero dilema político, si hay un lujo que el peronismo correntino no se puede dar es la pérdida de la capital provincial, aunque tampoco la provincia debería perderse al mejor dirigente que tiene.
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