
Una comisión especial, encargada de recabar información sobre abusos sexuales cometidos en Australia por parte de sacerdotes católicos contra niños, confirmó 4444 denuncias. El número no es definitivo, son solo los que fueron comprobados. El informe abarca casos que van de 1980 a 2015, sin embargo la comisión extiende la investigación en el tiempo, al menos hasta 1950.
El gobierno australiano asumirá el compromiso de indemnizar a las víctimas. Se estima que el costo para el estado será de entre de tres y cinco mil millones de dólares, puesto que las indemnizaciones, en algunos casos, superarán los 100.000 dólares por damnificado.
Entre 1950 y 2010 más del 20 por ciento de los Hermanos Maristas, los Salesianos de Don Bosco y los Hermanos Cristianos fueron acusados de abusos sexuales. La proporción llega al 40,4 por ciento en la orden de San Juan de Dios.
El 78% de los abusados fueron varones, y el promedio de edad se estableció en 11,6 años , en cambio las la edad promedio de las nenas es de 10,5 y suman el 22% restante de los casos investigados. En promedio, las víctimas tardaron 33 años en presentar la denuncia, contando a partir del momento en que fueron abusadas.

La abogada Gail Furnes interrogando al cardenal George Pell a través de una videoconferencia.
Según la abogada consejera de la comisión, Gail Furness, las denuncias comprometen a cientos de religiosos, 93 de ellos con altos cargos en la Iglesia, y se produjeron en más de mil instituciones. “Los niños fueron ignorados o, peor aun, castigados, y las denuncias nunca fueron fueron investigadas”, aseguró la letrada. La comisión investiga hechos de abuso sexual cometidos por curas en Australia desde 1950.
“De las 1,880 personas identificadas como pedófilos, 597 eran hermanos religiosos, 572 eran sacerdotes, 543 eran laicos y 96 eran hermanas religiosas”, detalló Furness.

El Papa, con el cardenal George Pell, acusado de encubrir a curas y religiosos pederastas.
Furness criticó la nula colaboración del Vaticano. La Santa Sede informó que “no era posible ni apropiado proveer la información requerida” por la comisión.
Curas y religiosos fueron reubicados. Las comunidades donde fueron trasladados declaran que desconocían su pasado. “Los documentos no fueron guardados o fueron destruidos y el secretismo y el encubrimiento se impusieron a la verdad”, agregó.
De la redacción de Contrapoder
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