Un día después de que estallara el escándalo “Correo”, y a más de dos años de la denuncia de Nisman, desestimada en varias instancias judiciales y reabierta recientemente por la Cámara Federal de Casación Penal, el fiscal federal Gerardo Pollicita pidió investigar al ex secretario de Legal y Técnica Carlos Zannini, al ex titular de inteligencia Oscar Parrilli, al ex ministro de Planificación Julio De Vido y a la ex procuradora del Tesoro Angelina Abbona, en la causa en la causa por el presunto “encubrimiento” de los iraníes acusados por el atentado contra la AMIA.
Llamativamente, Pollicita incluyó en su pedido de investigación a funcionarios a los que ni siquiera Nisman había acusado. “Conforme surge de las constancias arrimadas al expediente, corresponderá investigar el rol que pudo haberles cabido en las maniobras denunciadas a otros funcionarios del anterior gobierno nacional”, explicó el fiscal, en un dictamen en el que propuso una treintena de medidas de prueba.
Lo cierto es que estas imputaciones a 24 horas de la denuncia al presidente huelen a podrido, evidentemente son a la medida de las tapas de Clarín, que se niega a publicar los escándalos del presidente y necesita ruido para distraer y cambiar la agenda.
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