Entre mentiras, torpezas y burlas Macri abrió las sesiones del Congreso
Por Gabriel Link –
Pésimamente leído, sin ningún mensaje sustancial que permita vislumbrar el rumbo de la tan anunciada “recuperación” y sin un solo dato respaldatorio de las consignas y frases hechas lanzadas a lo largo de una hora, pasó, sin pena y sin gloria, el discurso inaugural del año legislativo, que se pareció más a una escena de una película de Holliwood en la que un grupo de adolescentes hijos de millonarios provoca y se burla de gente a la que perjudica adrede; que a uno de los actos protocolares más importantes de la democracia argentina.
“Superamos lo más difícil de esta transición, y el país está cambiando. Argentina se está poniendo de pie”, dijo Macri y sostuvo que durante los últimos días “aparecieron señales de mejora en la economía”. Prometió que 2017 va a ser un año mejor que el anterior” y que “lo mismo pasará en 2018 y 2019. Cada año vamos a estar mejor”. Lo increíble del discurso fue que todas estas frases fueron lanzadas sin mencionar un solo dato económico.
En el mismo sentido sorprendió al referirse a los jubilados, uno de los sectores más golpeados por sus decisiones políticas y económicas. Faltándoles una vez más el respeto a los viejos afirmó que su gobierno “fortaleció derechos sociales” con ayudas a jubilados, aumentando las asignaciones familiares y otorgando “tarifas sociales” a las personas de bajos recursos.
Plagado de contradicciones el discurso de apertura de las sesiones ordinarias no escapó a la lógica de un gobierno que miente todo el tiempo y sobre todos sus actos. Quizá, el mensaje más sugestivo enviado por el PRO fue el de la ubicación de algunas visitas en tanto el presidente llamaba una vez más a una curiosa “unión de los argentinos”. El palco en el que durante las aperturas de sesiones de Néstor y Cristina Kirchner se ubicaban Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini, fue utilizado esta vez por el titular de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere y sus amigos.
“Pido que se sancione una ley de responsabilidad empresaria”, dijo Macri en un intento por superar el escándalo por el Correo, el Presidente pidió impulsar esa norma y dijo que dictará dos decretos para transparentar los casos de conflictos de interes

es (sí, en el Congreso habló de decretos “para transparentar)”, y
lo dijo en el mismo día en que fue imputado por favorecer en la concesión de rutas aéreas a Avian, la sucesora de la empresa de aviación de su grupo empresario familiar, la cual, supuestamente, sigue siendo suya.
Dijo que impulsará “una revolución educativa” para tener “maestros sin frustraciones”, pero no anunció la convocatoria a una paritaria docente federal y cuestionó a los dirigentes gremiales en la figura del titular de Suteba, Roberto Baradel.
Una de las frases que más sorprendió fue e insólito ataque al sindicalista docente Roberto Baradel. El jefe de Estado se desentendió de la responsabilidad que tiene el Estado de garantizar la seguridad de todos los argentinos, al referirse al titular de Cetera, Roberto Baradel (quien recibió amenazas a sus hijos y su nietito de un año),
“No creo que Baradel necesite alguien que lo cuide”. Como corolario,
Baradel concurrió a Tribunales a radicar una denuncia contra el Presidente por sus dichos. “Vengo a denunciar al presidente Macri. Es un hecho gravísimo, cuando yo tengo dispuesta por orden judicial una custodia. Amenazaron a mi nieto de un año y a mis hijos, y el presidente de la nación dice en la apertura que no cree que necesite que nadie me cuide, cuando él está encargado de que nos cuiden a todos”, estalló el dirigente gremial.
Pero eso no fue todo, mientras Macri decía que
“hay que cuidar a nuestros docentes”, a pocos metros de su silla, en la puerta del Congreso,
su policía reprimía fuertemente a un grupo de maestros que protestaban por la falta de paritaria nacional.

Llamó a “defender los derechos humanos de hoy” y pidió que se trate “un nuevo régimen penal juvenil” para bajar la edad de imputabilidad, contradiciéndose en la misma frase, puesto que en lugar de llamar a rescatar a los niños del abuso, de la droga y del delito para preservar sus derechos humanos, llama a la sociedad a crear herramientas para encerrarlos en cárceles.
Macri también defendió su política energética, pero lo hizo provocando a la oposición con el viejo verso de la pesada herencia. “Después de una década de despilfarro y corrupción, empezamos a normalizar el sistema energético”, dijo y se dispararon las críticas y silbatinas en el recinto. El ministro Juan José Aranguen, sonreía con beneplácito desde un costado. “Después de una década de despilfarro y corrupción”, reiteró soberbio el presidente, y sonrió buscando complicidad al sector donde estaban sentados sus aplaudidores ministros.

Tras doce años de aperturas con
cientos de miles de personas que se acercaban a celebrar a su presidente, hoy, en la calle, la antesala del discurso presidencial estuvo signada por una serie de cortes con que la Policía Federal cerró los alrededores del Congreso
para que no se acercaran las movilizaciones anunciadas por científicos, organizaciones sociales y gremiales. Sin embargo, hasta el acceso por la calle Rivadavia llegaron cientos de maestros que exigieron el llamado a una paritaria docente federal, que el gobierno nacional -hasta ahora- se niega a convocar. Macri, al tiempo que decía “hay que cuidar a nuestros docentes”, los mandó reprimir.
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