
En la víspera del paro nacional docente y la marcha convocada por la Ctera al ministerio de Educación, la Iglesia aconsejó a los docentes que “moderen el reclamo”. Lo hizo a través del presidente de la comisión de Educación del Episcopado y arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, quien afirmó que las autoridades deben “dar lo que más se pueda”, los gremios docentes “ceder un poco en sus reclamos” y que “hay que evitar una escalada que multiplique los paros”.
Quien hace estas declaraciones percibe de las arcas del Estado un salario de alrededor de $ 65.000 mensuales, a juzgar por lo que establece la Ley Nº 21.950, dictada por Videla en 1979 y aún vigente.
Según una nota publicada por el portal “La Izquierda Diario”, la norma vigente sobre sueldos de los prelados, que fue firmada por Videla y Martinez de Hoz, establece que, hasta que cesen en sus cargos, los Arzobispos y Obispos tienen un sueldo equivalente al 80 % de la remuneración fijada para un Juez Nacional de Primera Instancia y una jubilación (por edad avanzada o invalidez) equivalente al 70 % de la misma remuneración. Es decir que, lejos del 82% móvil que reclaman los trabajadores argentinos, los curas se jubilan con casi el 90% de sus salarios.
Pero eso no es todo, pues a diferencia de los docentes, que gastan un porcentaje importante en viajar de escuela en escuela, uno de los decretos firmados por Videla que se mantienen vigentes dispone a su vez el pago de pasajes a todos los curas, al exterior o al interior del territorio nacional.
Lo más curioso es que la institución que dice sentirse “preocupada por la educación de las niñas y los niños” es la misma que ampara y protege a los curas pedófilos.
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