Tras el escándalo generado por las detenciones de ayer en Itatí, entre las que se cuentan el jefe de policía y otros efectivos de la fuerza provincial la continuidad del ministro de Seguridad, Horacio Ortega, fue puesta en entredicho.
El comisariato ya no le estaría respondiendo al ministro
Un sinnúmero de casos que muestran la falta de disciplina en la policía provincial pusieron en evidencia la inexistencia de mando que muestra el jefe de la seguridad provincial. Y ayer todo entró en eclosión. Asuntos Internos nunca investigó a los policías involucrados en la causa de narcotráfico de Itatí. Por el contrario, el jefe de la comisaría,Carlos Ocampo Alvarenga, quien ayer fue arrestado, había sido fuertemente defendido por el ministro Ortega frente a las acusaciones recibidas por parte de la población, y esto repercute directamente en un gobierno que no pasa por su mejor momento y debe enfrentar el recambio de gobernador con su figura máxima fuera de competencia.
Policías cuatreros que, además de robar amenazan a jueces, coimas, connivencia policial en casos gravísimos, como homicidios y narcotráfico, policías acusados por la misma población de estar vinculados al narcotráfico en Goya e Itatí, problemas de abuso policial en casi todas las comisarías de la provincia, la participación de un efectivo penitenciario en un caso de robo en la Capital, la inexistencia de controles camineros efectivos para combatir el tráfico de drogas, la denuncia pública del jefe policial de Mocoretá, Antonio Navarro, por no tener insumos para trabajar y la inacción del Departamento de Asuntos Internos, convirtieron a Ortega en el ministro más mirado del pobrísimo gabinete de Colombi. Y en el combo la protesta de los policías que no son corruptos por ganar un sueldo digno que les permita mantener a sus familias sin corromperse.
Años de falta de políticas de estado tendientes a dignificar el trabajo policial comienzan a hacerse notar, y como siempre, en épocas electorales comenzaron los rumores de que arrancan los traslados y las purgas “a dedo” desde el poder político dentro de la fuerza. Por ahora Ortega afirma contar con el respaldo del gobernador, pero la saturación de conflictos en la fuerza que conduce fue mellando la resistencia de un ministro ya sin espaldas para resistir más cuestionamiéntos. ¿Podrá Ortega resistir hasta el final del mandato del gobernador?
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