
“¿Cuándo irá presa Cristina…? Quiero que sepas que nadie va a invertir en serio en Argentina hasta que los hechos de corrupción de Cristina sean juzgados y condenados”. Así, asegura Marcelo Bonelli, en su columna de la edición de este viernes en Clarín, que González le espetó a Macri, durante un encuentro privado que mantuvieron el ex jefe de Estado español y el Presidente argentino.
El artículo de Bonelli puede generar un verdadero conflicto internacional, con un ex mandatario de un país extorsionando al presidente de otro para que un tercero vaya preso si quiere recibir inversiones: que en realidad se traducen en una nueva intención de saquear las arcas públicas, como ocurrió en los 90.
Es que Macri había prometido que, una vez en la Presidencia de la Nación, aparecerían las inversiones en forma de “brotes verdes”, pero esos brotes jamás llegaron, y, lejos de ello, la planta comienza a marchitarse.
Si como se advierte en el tercer párrafo de la nota, en realidad el temor existe, con Macri en el gobierno y con su complicidad, los “inversores” tienen vía libre para ejecutar un brutal ajuste sobre los trabajadores, reduciendo salarios y liquidando condiciones de trabajo.
Queda claro el temor del establishment en el sentido de que una eventual candidatura de Cristina, sólo evitable si es detenida por alguna de las causas judiciales que buscan su proscripción, pondría freno al saqueo que, por cierto, puso en curso el macrismo.
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