
El viernes 17 de marzo, como parte de la Semana de la Memoria, se inauguró en el Salón de Actos de la Municipalidad una muestra de trabajos alusivos al 24 de marzo, realizados por los niños de escuelas primarias y secundarias de la ciudad.
La muestra había sido impulsada por la Comisión de la Memoria por la Verdad y la Justicia de Paso de los Libres, con la idea de que los chicos participen y de esa forma contribuir a que los hechos aberrantes realizados durante la dictadura cívico-militar sean incorporados por ellos.

La concejal Espinoza como “representante” del intendente en la inauguración de la muestra. Nadie del Ejecutivo concurrió al acto.
Pero la memoria chocó, una vez más, contra la realidad de una ciudad con el poder político subyugado a militares y curas. Esta mañana el intendente municipal, el “comandante” Raúl Tarabini y su cabo de cuarto, Omar de Miranda, organizaron, con motivo de la celebración del Patrono de la ciudad un desayuno para políticos alcahuetes, miliares y sacerdotes en el mismo salón de actos en el que estaba montada la muestra; y para “no quedar mal” con los portadores de uniformes verdes y largas polleras negras decidieron “bajar” la exposición y “esconderla” para luego volver a montarla cuando “el honor” de los militares presentes no pudieran ser “mancillados” por semejante desfachatez juvenil.
Pero hete aquí que en ese desmontar y montar, como es de esperarse cuando quien lo hace desprecia a la democracia y se siente cómodo estando más cerca de los militares que del pueblo, arruinaron varios de los trabajos que habían realizado los chicos, faltándole el respeto, no solo a la historia, sino también a esos pibes que como parte importante de su educación, participaron de la iniciativa.
Ya desde el inicio Tarabini había mostrado su desprecio por el esfuerzo realizado por esos niños y adolescentes libreños, ni siquiera concurrió a la inauguración de la muestra. La única radical presente ese día fue la concejal Espinoza (integrante de otro poder del estado) que dijo estar ahí “en representación” del intendente. Es decir en una muestra presentada por alumnos de las escuelas libreñas en el salón de actos de la municipalidad NADIE del Poder Ejecutivo consideró que fuera importante su presencia en el acto de inauguración.
El cronista aprendió a discernir entre milicos pro-represión y militares democráticos, y siente que ninguno de los presentes se hubiese ofendido por una muestra que apenas exponía una parte de nuestra historia, que es imprescindible no olvidar ni esconder, pero evidentemente el intendente y “su sombra”, de Miranda, son más afectos a los primeros que a los segundos, y, por las dudas decidieron “borrar” por unas horas la exposición escolar.
No es casualidad que el “edecán” de Tarabini sea un hombre que sirvió en el Destacamento de Inteligencia 123 durante la dictadura, y tampoco es la primera vez que el intendente se muestra ante el pueblo como alguien dispuesto a lustrar borceguíes si se lo pidieran, y hay que reconocerle que en su afán por recibirse de alcahuete de milicos, el jefe comunal no deja de perfeccionarse.
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