
El presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, explicó que alguien que gestione un crédito hipotecario del Gobierno a 30 años puede experimentar en el futuro un aumento considerable en la cantidad de cuotas que le quedan pendientes. El economista aseguró que si hubiera una aceleración de la inflación, el tomador del préstamo seguirá pagando en proporción a sus ingresos. Pero esa diferencia será “compensada”, agregándosele cuotas indefinidamente.
“Si a una persona le quedaban cancelar 200 cuotas, pero en el medio hubo algún desajuste (entre los precios y el salario), va a pasar a deber, por ejemplo, unas 250 cuotas. Lo importante es que lo que paga por mes sigue manteniendo una proporción respecto de los ingresos del individuo”, señaló el funcionario, como si ese incremento en el número de cuotas fuera insignificante para el bolsillo de quien tomó la deuda.
Economistas de diferentes vertientes cuestionaron el plan de créditos hipotecarios del gobierno asegurando que es un sistema muy peligroso para el tomador, pues ante un cambio importante en las variables que aplica el mismo gobierno, el crédito puede volverse impagable. Sobre todo teniendo en cuenta que el actual gobierno busca permanentemente que el salario crezca por debajo de la inflación. Con un desfasaje importante podría llegar a darse un efecto parecido al de la célebre circular 1050, emitida por el Banco Central, en enero de 1980, durante la gestión de José Alfredo Martínez de Hoz.
Esa circular instituyó un tipo de préstamo en el que las deudas se indexaban por la tasa de interés vigente en el mercado. Pero como esos intereses fueron durante años muy elevados en términos reales, el crecimiento de las deudas superó ampliamente la marcha de los ingresos y de los demás precios de la economía. De hecho, fue mayor que la suba de los precios de los inmuebles hipotecados, por lo que las deudas contraídas para comprarlos sobrepasaron el valor de las viviendas.
En tanto González Fraga, como tomándole el pelo una vez más a la población arengó el sistema aplicado, asegurando que la medida es revolucionaria y apunta a atacar la pobreza. “Sin vivienda no hay familia. La familia es la verdadera barrera contra la pobreza, sobre todo contra la pobreza extrema”, dijo el banquero sin que se le moviera un pelo.
Redacción Contrapoder
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