
A partir de la orden de desalojo del juez contravencional Pablo Casas, cientos de policías fuertemente armados se concentraron frente a la planta de AGR Clarín en Pompeya con el objetivo de desalojar por la fuerza la imprenta que permanece en poder de los trabajadores despedidos por el mutimedios.
Antes de negociar, la presencia policial fue con armas largas y ametralladoras. Para evitar ser reprimidos por las fuerzas de seguridad, los trabajadores, que mantuvieron una toma de 82 días, decidieron abandonar el predio.
Como primer paso, dejaron entrar a los jefes del operativo policial con equipos audiovisuales de la Policía Federal para hacer un inventario y registrar el buen estado de la maquinaria como paso previo a retirarse de la planta ubicada en Corrales 1393.
En asamblea, los trabajadores decidieron instalar frente a la imprenta una carpa para continuar con el reclamo de recuperar las fuentes de trabajo. También decidieron reclamar un plan de lucha a la CGT porque consideraron que con un paro no alcanza.
Al retirarse, los despedidos criticaron la política del Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, porque habla de dialogo y, sin embargo, habilitaron un desalojo a la medida de los tiempos de Clarín y Magnetto.
Pablo Viñas, secretario general de la interna, dijo que la lucha continúa y que se retiran con la frente en alto. “Los trabajadores no queremos desahogarnos. Lo que necesitamos es no morir de hambre y terminar con el ajuste y la represión”, señaló.
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