La sala I de Casación autorizó que Gustavo Adolfo Alsina, conocido como El Estaqueador, dejara la cárcel, porque el Servicio Penitenciario aseguró no contar con autos o remises para llevarlo al médico o la casa de su madre. Para los peritos, podía seguir en prisión. Alsina se destacó en la cárcel UP1 de Córdoba durante la última dictadura por la saña en la aplicación de la torturas, en especial porque gustaba de estaquear a sus víctimas.
El ex represor cumplía una condena de prisión perpetua pronunciada por el Tribunal Oral Federal N°1 presidido por Jaime Díaz Gavier, en diciembre de 2010, le duró hasta hace un mes, cuando lo autorizaron a mudarse desde el penal de Marcos Paz hasta su casa, en calle Manuel Belzú 3365, barrio Olivos del Partido de Vicente López en provincia de Buenos Aires.
Quienes decidieron su domiciliaria, fueron dos de los tres jueces de la Sala Primera de la Cámara Federal de Casación Penal: Liliana Elena Catucci y Eduardo Rafael Riggi; con el voto en disidencia de Ana María Figueroa.
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