Por Gabriel Link –
Tras 7 años de silencio, durante los cuales la justicia, con el apoyo inestimable de la prensa local, se encargó de sepultar el tema, un medio de Buenos Aires, “Letra P” (ver nota) reflotó uno de los casos más paradigmáticos de la 
corrupción de Eduardo Vischi. No es ni de cerca el negociado de mayor monto producido por “Peteco”, pero si el que mejor lo define. La plata que el ex intendente de Paso de los Libres y actual ministro coordinador de Corrientes, le robó a un comedor de niños pobres es sin dudas uno de los casos más repugnantes de la política libreña.
La historia remite al año 2008, cuando el entonces intendente Vischi gestionó ante el gobierno nacional fondos para la terminación del siempre inconcluso hogar de niños Che Roga´I (de aquí en más “Cherogaí”, que es como suena). Logró así una partida de 120.000 pesos sin que nadie supiera nada de ella. Mucho menos la gente de la entidad.
No es raro encontrar partidas así, que pueden tener que ver con promesas que luego se incumplen, lo raro fue encontrar, revisando en los balances de ese año que ciertamente Vischi decía haberle entregado a la institución $ 111.449,79 pesos, provenientes del PROFOSA (Programa de Desarrollo Social en Áreas Fronterizas del Noreste y Noroeste Argentino).
El monto parecía exagerado para tratarse de un subsidio corriente, y entonces, a este periodista se le ocurrió consultar a la comisión del hogar, que lejos de haber recibido un peso del municipio, sus directivos ni siquiera sabían que se hubiese gestionado subsidio alguno en nombre de la entidad.
Lo que nos contó Dalma Arévalo, en aquella consulta fue que el municipio les había otorgado un exiguo subsidio de 300 pesos mensuales, para “colaborar” con el comedor, y que Vischi, haciendo gala de su clásico cinismo, jamás se lo había pagado.
Entonces salimos a rastrear el presupuesto del año 2009 y los balances de ese año, ahí nos encontramos con una partida mucho mayor, y el caso se convirtió en un verdadero escándalo. Vischi decía haberle entregado al hogar 354.761 pesos, que sumados a lo del año anterior daban algo más de 465.000 pesos, que a la cotización de entonces (+-3,50), daba unos 135.000 dólares.
En síntesis, entre 2008 y 2009 Vischi recibió de Nación alrededor de 110.000 pesos y dijo “haber aportado” otros 355.000 del tesoro municipal, unos 465.000 pesos que salieron de las arcas del estado, a nombre de Cherogaí. Los concejales sabían que ese dinero no iba al hogar e igualmente aprobaron los balances, solamente Yardín, Codello y Fontana votaron en contra el de 2009, entonces ya habíamos dado a conocer la maniobra del intendente para malversar el dinero, que terminó utilizando para su proyecto personal, el Hogar Divino Niño.
El fiscal José Fabricio, amigo del gobernador, hizo un requerimiento al Concejo Deliberante, y el presidente, Marcelo Cuevas, aliado del intendente, en lugar de ponerlo a consideración del cuerpo y enviarlo al ejecutivo hizo responder el informe, por bajo cuerda, a través de un abogado particular. Algo a todas luces irregular, pero que sirvió para que el fiscal se hiciera el distraído y se olvidara del tema. Fabricio nunca más se acordó de la cuestión, Vischi malversó casi 500.000 pesos, y el Concejo Deliberante, el auditos municipal, y la mismísima comisión de Cherogaí se lo permitieron. Los medios callaron, solo una cobertura muy potente por parte del portal colega “Sur Correntino” logró que pudiéramos sostener el tema durante semanas llevándolo a la consideración de buena parte de la comunidad.
Vale recordar que Cherogaí nació allá por los años 90 como un sueño de la Doctora “Doly” Cañete de Daus, tendiente a darle solución al problema de los niños abandonados, ofreciéndole al sistema un hogar con madres sustitutas que pudieran darles amor, educación y una oportunidad en la vida. El estado no lo apoyó, la justicia, burocrática y corrupta nunca le derivó niños y finalmente terminó convertido en un comedor infantil. Peteco Vischi utilizó criminalmente la personería del hogar para conseguir un dinero que luego malversó, y con el que le construyó una “competencia” que le rindiera rédito político a él y dejara una vez más postergado el objetivo del Cherogaí.
Con esos 465.000 pesos que Peteco utilizó electoralmente el hogar podría haberse terminado, amueblado convenientemente, y utilizado con el fin para el que fue concebido. Pero el diablo metió la cola y el hogar, probablemente jamás se termine de construir. Lamentablemente no es de esperarse que, a partir de haberse reflotado la situación se repare, a nadie le interesa que eso ocurra, ni en la justicia ni en la política; simplemente el tema se reflota en medio de una “operación” para que el libreño no sea el candidato para suceder a Colombi, pues nadie en el radicalismo capitalino apoya su postulación.
Nota: Los concejales que apoyaron aquella “transa” de Peteco Vischi con su voto fueron los radicales Griselda Alegre, Raúl Tarabini (actual intendente), Julio Cazarré, Edgardo Vischi, Patricia Picolini y Rodrigo Acebal; acompañados por Juan Carlos Rodriguez (ARI), Mónica Obregón (PANU) y José Luis Peralta (Proyecto Corrientes).
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