
Tal cual lo vienen haciendo los funcionarios del Gobierno nacional desde que las encuestas mostraron el repudio de casi 9 de cada 10 argentinos al abominable fallo de la corte, el presidente Mauricio Macri se refirió por primera vez al tema, lo hizo desde Mendoza y tras una semana de escandaloso silencio presidencial, y eligió hacerlo horas antes de que empiece la marcha convocada por las Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadoras y diversas organizaciones de DDHH, de la cual ya se había burlado gestualmente.
Macri “felicitó” al Congreso por haber otorgado media sanción (en la Cámara baja) al proyecto de ley que limita los efectos del fallo, y resaltó, como siempre, que “la independencia de poderes es fundamental”, parafraseandose una vez más a sí mismo en el sentido de que Cristina Kirchner “no respetaba” esa independencia. También se refirió a la ex mandataria acusándola de actuar respecto al fallo “con la deformación con la que gobernó”.
Con las limitaciones conceptuales de siempre el presidente intentó sonar creíble, “Estoy totalmente en contra porque estoy en contra de cualquier ley a favor de la impunidad y más aún en delitos de lesa humanidad”, expresó el mandatario, y agregó: “Espero que se termine de subsanar esto y haya pasado este momento de conmoción que hemos tenido los argentinos”. Luego Macri equiparó los delitos comunes con los de lesa humanidad al afirmar que “estamos en contra de cualquier herramienta que facilite la impunidad”.
Más temprano, y en contraste con la convocatoria de la fecha, cuyos organizadores pidieron que los asistentes a la marcha de repudio que concurran con un pañuelo al cuello, el Presidente bailó una cumbia con un pañuelo blanco en la mano, como burlándose de la convocatoria.
Respecto de la división de poderes, el mandatario balbuceó que la Corte “es prestigiosa y decide las cosas según el criterio jurídico que se presenta” e hizo hincapié en que “no hay que ordenarle lo que tiene que hacer porque la independencia de poderes en un país es fundamental”.
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