
Taty Almeida fue la encargada de iniciar la lectura del documento de las organizaciones convocantes al acto del “Nunca más un genocida suelto”, mediante el cual afirmaron “no queremos convivir con los asesinos, nuestro pueblo ejemplar no merece ser condenado al olvido”. Los organismos de Derechos Humanos recordaron que “el miércoles pasado la Corte Suprema aprobó por mayoría un fallo vergonzoso que benefició al genocida Luis Muiña y abrió la puerta a la impunidad”.

“Lamentablemente -continuó Carlotto, luego de ser interrumpida por segunda vez por el grito ‘El pueblo unido jamás será vencido’-, la dictadura no es un hecho lejano (…) Aquí estamos, alzando nuestra voz contra el olvido”.
Cuando desde el palco se recordó que los firmantes del fallo de la Corte Suprema fueron Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Elena Higton de Nolasco, rugió desde la plaza el grito de “hijos de puta, hijos de puta”. “Al día siguiente los abogados de los genocidas se agolparon en los tribunales para pedir el mismo privilegio para sus defendidos”, denunciaron los convocantes, que festejaron la firme reacción de la sociedad y la aprobación por parte del Congreso de la ley que limita la aplicación del 2×1 a los genocidas.
Por último, los organismos pidieron a los integrantes de los tres poderes del Estado que cada uno realice las acciones pertinentes para “dar vuelta esta triste página” de nuestra historia.
RSS