
Por Gabriel Link –
El presidente Michel Temer acaba de dar su mensaje a la república en el cual aseguró “enfáticamente” que no renunciará, sin embargo, pocos minutos antes, O Globo (ver) ya “lo había renunciado”, y no son pocos los partidos que le exigen a Temer su alejamiento del cargo.

Bruno Araujo, primer “renunciado” de hoy
Más allá del mensaje del presidente todos los analistas políticos brasileños indican que en las circunstancias actuales la gobernabilidad del presidente Temer es imposible. La estrategia del mandatario será la de “entregar” algunas renuncias menores, ya renunció el ministro de Ciudades, Bruno Araújo, y en las próximas horas podrían rodar otras cabezas del gabinete presidencial, al menos las de los nueve ministros que están salpicados por el Lava Jato.
No obstante nadie apuesta a que el presidente llegue hasta el impeachment (que se producirá inexorablemente de no renunciar) sentado en su sillón, sobre todo observando el movimiento de los mercados a lo largo del día de hoy. Tanto la Bolsa como el Real cayeron 9% en solo una jornada. Los analistas consideran que su permanencia se hace insostenible, con lo cual la renuncia de Temer podría llegar en las próximas horas, o a lo sumo tras los días que le insuma la “negociación” de su salida.
La difícil Sucesión
La sucesión brasileña se da tras una situación de doble vacancia, pues primero fue separada del cargo la presidenta Rousseff y ahora ocurriría lo propio quien fuera su vicepresidente. Al quedar menos de dos años de mandato, la Constitución brasileña prevé la elección indirecta del presidente.
Pero la actualidad brasileña está más que complicada pues quienes ocupan los lugares preponderantes en la linea de sucesión también están salpicados por las acusaciones de corrupción que investiga la operación Lava Jato, y eso complica aun más las cosas.
El primero en la linea de sucesión es el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia. Le siguen el presidente del Senado,

Rodrigo Maia y Eunício Oliveira, 1 y 2 en la linea de sucesión de Temer
y la presidenta del Supremo Tribunal Federal, Cármen Lúcia Antunes Rocha,. Maia sería el encargado de dar la primera aprobación al pedido de impeachment y tendría 90 días para convocar a una asamblea legislativa compuesta por los 513 diputados y 81 senadores.
Ahora bien, como decíamos, Maia también está complicado en la investigación abierta por el juez Edson Fachin, en la trama de corrupción de Odebrecht. De acuerdo con la decisión Fachin, Maia pidió dinero para la financiación de campañas. Es decir, existe un riesgo inminente de que no pueda asumir el cargo.
Un caso similar ocurre con el actual Presidente del Senado, Eunício Oliveira, que se hizo cargo de esta posición el 1º de febrero y es citado en tres denuncias de la operación Lava Jato. De acuerdo con el abogado y miembro de la coordinación nacional de la organización política Consulta Popular, Ricardo Gebrim, si Temer renuncia, el Supremo Tribunal Federal podría impedir que tanto Maia como Olivera sean parte de la línea de sucesión.
Por lo tanto, la más probable sucesora como presidenta interina sería Cármen Lúcia Antunes Rocha, presidenta del STF. Impulsada por Lula para integrar el tribunal en 2006 y por Dilma para presidirlo en 2012, Rocha asumiría de manera provisional y convocaría a elecciones indirectas dentro de los 90 días. Es decir, deberían ser los diputados y senadores, en reunión conjunta del Congreso Nacional (según lo previsto en el artículo 81 de la Constitución) los encargados de definir al sucesor de Temer, aunque ante tanto barullo político a nadie extrañaría que se busque la mejor salida política para resolver un conflicto de tamaña dimensión. Y ante esta cuestión, la pregunta del escriba es ¿La cercanía de Rocha con Lula y Dilma influirá para buscar la mejor salida?
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