
De la redacción de Contrapoder –
En los últimos días, la realización de operativos policiales, sin orden judicial, a pasajeros de colectivos sorprendió a los ciudadanos del Conurbano Bonaerense y provocó una polémica entre los que están a favor de la iniciativa porque creen que puede ayudar a contrarrestar el delito en la vía pública y los que se oponen porque los operativos son ilegales y recuerdan las “razzias” de la dictadura cívico-militar.
Los operativos de las policías municipales o la bonaerense son sorpresivos, de repente aparece un retén policial que detiene a un colectivo, sin exhibir ninguna orden judicial hacen descender a los pasajeros, piden documentos, revisan pertenencias, obligan a los ciudadanos a colocarse con las palmas de sus manos sobre el micro y proceden a realizar el cacheo de las personas.
La Comisión Provincial de la Memoria y la APDH denunciaron estas prácticas violatorias de la intimidad y de los derechos a la libre circulación y a la presunción de inocencia por parte de la Policía Bonaerense, y se hicieron reclamos a la gobernadora María Eugenia Vidal. Sin embargo el ministro de seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, aseguró que los controles seguirán hasta que se instalen las cámaras de seguridad en los micros, compromiso asumido con los choferes por la seguidilla de asaltos.
“Es una práctica hecha de muchas prácticas: retenes, armas largas, cacheos, requisas, detenciones por averiguación de antecedentes”, describió hace unos días uno de los integrantes del CIAJ (Colectivo de Investigación y Acción Jurídica), Esteban Rodríguez Alzueta, al diario Página/12, y aseguró que “la grave novedad de los últimos operativos son las razzias, o sea, los operativos sin orden judicial que terminan con demoras en las comisarías”.
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