De la redacción de Contrapoder –
Desde hace años quien escribe esta nota apunta a que los desfiles cívico-militares son una anacronía que ya no debiera existir. Poner a desfilar a soldados es de un aburrimiento insoportable, agregarle a eso, en algunos casos, a alumnos de escuelas ya es directamente insufrible, sobre todo para esos chicos, que en lugar de poder disfrutar del feriado tienen que levantarse temprano para ir a hacer de “los monitos del pueblo”.
Otro punto a analizar es e poder de convocatoria del gobierno municipal, evidentemente Tarabini y los concejales no tienen la capacidad para generar el atractivo o la empatía necesaria para que el pueblo vaya a reunirse con ellos en las fiestas patrias, probablemete sea la falta de patriotismo que ellos emanan lo que “enfría” al pueblo
El desfile de hoy fue un ejemplo de todo ello, la concurrencia al acto de esta mañana fue tan paupérrima que promediando el acto ya no quedaba nadie, con lo cual, las autoridades se sintieron tan avergonzadas por la falta de convocatoria al acto que ellos mismos habían organizado que huyeron del palco.
Da mucha pena ver a esos gauchos desfilar frente a la nada, a las monjitas que precedían a la vírgen, y que habían sido invitadas por las autoridades, y que miraban atónitas a ese palco vacío desde el cual un ciudadano común filmaba ese papelón del gobierno radical.
Lo que uno se pregunta es, ¿para que vallan las veredas?, ¿para que convocan a las instituciones?, ¿para que hacen trabajar en un feriado al personal municipal, ¿para que molestan cortando el tránsito?, ¿para que ilusionan a los invitados a desfilar.
Está claro que el fracaso del acto tiene una relación directamente proporcional al fracaso del gobierno, pero, así como se quedan hasta el final de sus mandatos para cobrar hasta el último de los sueldos y dietas, los funcionarios municipales y las autoridades legislativas deben quedarse hasta el final del acto para honrar a sus invitados.
RSS