Poder Mediático: ¿Por que ya nadie habla de las 214 causas con las que asumió Macri?
Por Gabriel Link –
Breve explicación previa:
Ignacio Ramonet afirma que los grandes
“latifundios mediáticos privados” establecieron una
“tiranía de la información”. Esos, los que él denomina latifundios mediáticos privados en
Latinoamérica son los grandes mounstruos multimedia que concentran
canales de televisión de aire, canales de cable, distribuidoras de televisión por cable, radios (AM y FM), periódicos, revistas y hasta en algunos casos, como Clarín hasta telefonía e internet.

Ignacio Ramonet fue director de Le Monde Diplomatic por caso dos décadas
Con todo ese poder de comunicación alcanzan a todos los públicos posibles, hombres y mujeres; niños, jóvenes y adultos; pobres y ricos; progresistas y derechosos; patrones y empleados; felices y depresivos; políticos y apolíticos; sanos y enfermos. A todos encuentran por donde entrarnos con alguno de sus vectores de información y es tal la catarata de información durante las 24 horas del día que cualquier noticia de la mañana es vieja por la tarde si ellos la dejan “envejecer”, y cualquier noticia puede mantenerse vigente por semanas si ellos la consideran vital.
Los latifundios mediáticos, hace años
abandonaron el ejercicio del periodismo para dedicarse exclusivamente a la
operación política que les permite presionar gobiernos para
expandir sus negocios, y lo hacen de manera cartelizada, en todos los países de la región podrá observarse que cada monopolio local tiene exactamente la misma

Líderes latinoamericanos que lucharon contra los medios. Todos ellos son sistemáticamente acusados de corrupción mientras que sus opositores son protegidos por esos mismos medios.
opinión sobre Lula, Chavez, Correa, Evo, Ortega o los Kirchner, todos ellos son o fueron “corruptos”. Del mismo modo ocurrirá con Temer, Capriles, Macri, Piñera, Lasso, Uribe o Peña Nieto, todos ellos son “brillantes hombres de negocios”.
No importa si se llaman Grupo Clarín, Rede Globo, Televisa, Grupo Cisneros, El Universo, Caracol, El Mercurio, Prisa (español con fuerte inserción en sudamérica), Univisión o CNN en español (estas dos últimas norteamericanas con gran influencia en la región, sobre todo en centroamérica y el norte de sudamérica). Todos esos grupos mediáticos se retroalimentan entre sí, son “sus” fuentes en cada país, y por lo tanto tienen la misma opinión, en un sentido y el otro, tanto de los líderes progresistas como de los líderes de las derechas.
De esa manera declararon, una
guerra a muerte a todos los gobiernos progresistas de la región debido a que uno de los objetivos primarios en su lucha por pagar la deuda social, estableciendo gobiernos redistributivos,
pretenden desconcentrar el poder de la palabra impulsando una información pluralista que afecta los intereses de los medios corporativos.

Mapa de medios del Grupo Clarín
Tal vez los mejores ejemplos regionales sean la llamada “Ley de Medios” sancionada a instancias del kirchnerismo en nuestro país y la ley de Comunicación (también llamada “Ley de linchamiento mediático”) impulsada por Rafael Correa en Ecuador, el paradigma de lo expuesto por Ramonet, devenido en uno de los grandes pensadores del progresismo global. No obstante, hecha la ley hecha la trampa esos poderosos conglomerados de medios tienen el poder de adoctrinar a jueces y fiscales y entonces se mantienen fuertes.
Es así que ya casi nadie recuerda que el presidente argentino, Mauricio Macri, asumió el 10 de diciembre de 2014 con 214 causas judiciales sobre sus hombros, aunque ninguna de ellas ocupe centímetros o minutos en diarios, revistas, radios o canales de televisión. Sin que ningún juez o fiscal salga en ningún medio a levantar dedos acusadores contra el presidente y sin que el pueblo logre saber en que estado están cada una de ellas. Algo parecido ocurre con la docena de nuevas causas judiciales que acumula en solo un año y medio de fechorías financieras. Macri no sufrió ni una sola foto entrando a tribunales. Las cusas subyacen, quietas, a la espera de su prescripción.
De alguna manera esos “latifundios Mediáticos” se convierten en garantes de un círculo de corrupción político-judicial, mediante el cual los jueces y fiscales “cuidan” a los gobiernos que ellos “ponen” que a su vez los cuidan a ellos permitiéndoles expandir sus negocios, al tiempo que esos mismos jueces y fiscales deben dedicarse a perseguir a los líderes progresistas que, sistemáticamente son acusados de corruptos, es una lucha muy desigual, que solamente un pueblo que se preocupe por informarse a través de los medios alternativos logran vencer.
Las 214 causas judiciales con las que asumió el presidente Mauricio Macri:
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