“Al promedio de 4,5 mil millones de dólares pagados en intereses durante los años previos a 2015, en este ciclo los pagos se duplicaron y superaron los 9000 millones de dólares”, mencionó Nicolás Trotta, rector de la UMET. Agregó que “si consideramos los valores extraordinarios de estas erogaciones, el valor comparativamente permitiría multiplicar con creces el presupuesto total de ciencia; o pagar 1.600.000 nuevas jubilaciones de 7500 pesos; o en su defecto duplicar los haberes mínimos de los actuales perceptores. Otro destino: incrementar al doble el salario social complementario (hoy de 4030 pesos) para más de 1.500.000 titulares o, en forma combinada, pagar buena parte del Programa de Emergencia Alimentaria si se aprobara el proyecto de ley impulsado en el Congreso Nacional”.
En el documento se precisó que el pago de deudas ya equivale a gran parte de la recaudación. “La exuberancia de la política financiera del Gobierno se lleva dos terceras partes de la recaudación mensual de las cuentas públicas”, apuntó. Mencionó que “esta canalización de recursos al creciente pago de los vencimientos de la deuda reduce las erogaciones hacia áreas más sensibles y urgentes. No puede pasarse por alto que el desembolso destinado a acreedores externos e internos es equivalente, por caso, a atender la totalidad del gasto social alimentario adicional reclamado por las organizaciones sociales, el cual se reclama por los resultados nefastos en materia de empleo, cierre de fábricas y de actividad de las reformas estructurales iniciadas a partir de finales de 2015”. El informe indica que no sólo se están dejando de girar recursos a la protección social sino que no se está avanzando en obras de infraestructura estratégicas para incrementar la competitividad de la economía. “Son muchos recursos que podrían estar destinándose a la ampliación de obras energéticas paralizadas en 2017”.
El director del Observatorio de la Deuda, Arnaldo Bocco, planteó algunas tensiones claves sobre el papel de la deuda para sostener el desorden de las cuentas públicas y macroeconómicas. “En un contexto de marcado deterioro de los equilibrios financieros y fiscales, la economía avanza en el segundo semestre con señales inestables y negativas en el escenario fiscal y en el sector externo. En ambos frentes el déficit presiona sobre el Estado para cubrirlos con mayor emisión de deuda externa. Se espera además un incremento en el endeudamiento en 2018, vista la marcada crisis que produce el saldo negativo de la cuenta corriente”. Detalló que el Gobierno generó una importante reducción de ingresos fiscales por la eliminación de las retenciones y la caída de la recaudación. “El Gobierno hizo de la colocación de deuda externa su principal mecanismo para financiarse”, mencionó.
El documento de la UMET alerta sobre el círculo vicioso del endeudamiento externo para los próximos años y destaca que en 2018 los recursos destinados a cubrir necesidades del frente externo, entre las que se subrayan el pago de deuda y la fuga de capitales (ver aparte), irán en aumento. “El piso de las necesidades del frente externo no será menor a 35.000 millones de dólares en 2018, lo que representa un 6,5 por ciento del PIB”, detalló. Agregó que “volcar estos recursos a la inversión significaría darle un insumo fundamental a la readecuación del aparato industrial y productivo, un proceso necesario para la impostergable modernización del sector manufacturero, clave para el funcionamiento del mercado interno, el consumo y el empleo y base de la organización económica nacional”, cerró.
Por Federico Kucher
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