Por Gabriel Link
El radical, Gustavo Valdes fue insólitamente autorizado, por todas las instancias judiciales, a presentar entre sus boletas una que llevará como sigla “CAMAU”, el famoso apodo que, lógicamente, resaltará en la boleta de su contrincante, el peronista Carlos Mauricio “Camau” Espínola.
El partido en cuestión lleva el nombre de “Cambio Austeridad y Progreso” y la sigla, que nace de una antojadiza elección de letras, no será el único golpe bajo, además llevará como logo la imagen de un deportista portando la antorcha olímpica, intentando vincularla con el pasado deportivo del candidato peronista. 
El Pasado 6 de julio, entre gallos y medianoche, y a días del inicio de la feria judicial de invierno, el juez federal de Corrientes, Carlos Vicente Soto Dávila, otorgó la personería político-jurídica al Partido Cambio Austeridad y Progreso, que llevará la sigla CAMAU en su boleta, y competirá por candidatos provinciales y municipales dentro de la alianza ECO-Cambiemos.
El partido “pertenece” al mercenario Alejandro Aquino, quien en su oportunidad había creado otro llamado “Encuentro Correligionario” (ECO) pensando en acompañar a la oposición para confundir a los votantes del propio Ricardo Colombi. Ahora, el gobernador decidió contratarlo para una maniobra similar pero que favorezca a su ignoto candidato.
La agrupación inició el trámite de reconocimiento de la personería otorgada por Soto Dávila, ante la justicia electoral el día 13 de julio y, en trámite exprés le fue otorgada, sin observar las formalidades, el martes 8 de agosto, a minutos del cierre de alianzas, contrariando el propio criterio de la jueza María Eugenia Herrero.
La misma jueza Herrero señala en su fallo que “no se dio intervención al Ministerio Público, que no se realizó la audiencia del artículo 69, inciso b de la Ley Nº 3.767 y no se notificó a todos los partidos reconocidos”. Señala que ello acarrea la sanción de nulidad por expresa disposición de la ley. Aun así, de manera insólita, resuelve otorgar la personería a una agrupación que minutos después se integra a Encuentro por Corrientes, sin ninguna clase de acta, sin los afiliados requeridos y con los libros en blanco. Pero tras una infernal presión política, Herrero terminó habilitando la participación de la agrupación.
La propia ex apoderada de la UCR provincial, Silvia Casarrubia, quien renunció a ese cargo asqueada por los espantosos manejos políticos de Ricardo Colombi, publicó por esos días en las redes su enérgico repudio a semejante manipulación por parte del poder político hacia la justicia.
El 25 de julio la Cámara en lo Contencioso Administrativo y Electoral, integrada por las doctoras Nidia Billinghurst, Marta Altabe de Lertora y Herminia Puig (ésta última, esposa del ricardista Claudio Polich), ordenó que se les reconozca la personería, violando la ley de partidos políticos, siendo esta una cuestión de orden publico.
Lo cierto es que ahora el Superior Tribunal de Justicia, en sintonía con aquel fallo del 25 de julio, también rechazó el recurso extraordinario presentado por los Partidos Cambio Popular y Justicialista, contra el reconocimiento de la personería jurídico política de la agrupación Cambio, Austeridad y Progreso.
La decisión de la Corte Provincial lleva la rubrica de todos sus ministros, Eduardo Panseri, Luis Eduardo Rey Vásquez, Alejandro Alberto Chaín, Fernando Augusto Niz y Guillermo Horacio Semhan; quienes consideraron que los apoderados de CAPO, que lidera Eugenio “Nito” Artaza, y Partido Justicialista, que impulsa la candidatura de “Camau” Espínola, expusieron “una mera discrepancia respecto del análisis jurídico efectuado por la Cámara, y no demostraron la violación o aplicación errónea de la ley”, expresaron.
Por tanto, el 8 de octubre, Cambio, Austeridad y Progreso, podrá presentar una boleta que dirá CAMAU, y que incluirá la imágen de un deportista portando la antorcha olímpica con la candidatura de Gustavo Valdés, lo que lógicamente generará confusión en el electorado, algo que Ricardo Colombi ya tiene como costumbre hacer. Sembrar engaños buscando cosechar triunfos electorales.
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