Por Gabriel Link
Doce años tardó el escriba en publicar la frase, “Cayó Peteco Vischi”, así… en tiempo pasado reciente, como única frase de título y cerrada con un signo de admiración. Doce años, aunque finalmente celebra haberla podido escribir. Doce años, desde aquella primera elección de 2005, en la que se robó el camión de Teknofood que venía para el Hospital y el Asilo de Ancianos. Así comenzó, robándoles la comida a los enfermos y a los viejos para repartirla en su campaña. Hoy esa costumbre llegó a su fin.
A pesar del fenomenal “aparato” movido por los radicales, y contra la mayoría de los pronósticos en Paso de los Libres ganó el candidato peronista Martín “Tincho” Ascua. Tras una pésima decisión partidaria de ir con dos fórmulas, el candidato justicialista, gracias a un arrollador final de campaña, dio el batacazo y fue así que quedó atrás una década larga de hegemonía radical marcada por la corrupción.
¿Nace una estrella?
Hoy el cronista estuvo parado media hora hablando con amigos en la entrada de la Escuela Normal. En los últimos 15 de esos 30 minutos llegó Ascúa y se paró junto a su esposa en el centro de la entrada, sobre la vereda. Ese fue el momento en que quien escribe se dio cuenta de que podía ganar, la gente pasaba a su lado y se generaba un magnetismo especial, todos lo abrazaban, le estrechaban la mano, era un verdadero desfile de hombres, mujeres y niños que se le acercaban. Desde dos colectivos de linea que pasaron el “Vaaamooo Tinchooo” resonaba por las ventanillas, evidentemente el intendente electo de Paso de los Libres supo generar en en el pueblo algo que pocos supieron percibir en esta tremendamente larga y desgastante campaña de ocho meses ininterrumpidos.
Al vernos Ascua se acercó a saludar, y la pregunta surgió inmediatamente “¿Que decís Gabriel, damos el batacazo o no?”, preguntó ilusionado, -Si te votaron todos los que te abrazan es probable que lo des, fue la respuesta. Y se alejó a seguir recibiendo muestras de afecto.
Una nota de color, mientras Ascua recibía abrazos y besos, el ministro Coordinador Eduardo Vischi estaba parado conversando con alguien junto al mástil de la escuela, cientos de personas pasaban junto a él casi sin prestarle atención. Rápido de reflejos, “Peteco”, al notar la desigualdad entre lo que recibía una y otra figura se acercó también a saludar, caballerosamente, al hasta entonces candidato, hablaron un par de minutos, tras los cuales el ex intendente se fue caminando en soledad hacia la Escuela “Verde”.
Los candidatos, ¿ganó Tincho o perdió Chelo?
Pocos minutos después llegó el cierre del comicio, la información comenzó a llegar a esta redacción con exclamaciones que entremezclaban sorpresa y euforia, cada mesa que nos pasaban desde las diferentes escuelas lo daban ganador a “Tincho”, por poco, pero en todas ganaba. La información se propagó rápido, y colegas de diferentes lugares de la provincia se comunicaban intentando chequear lo que nacía como rumor, 
“¿che, es cierto que perdió Peteco en Libres?”.
Y sí, Peteco había perdido.
Cuando el “sueño” de Ascúa comenzó, allá por febrero, pocos lo miraban con seriedad, venía de un extenso letargo político y se había “colado” por la hendija de un proceso interno que no fue. El PJ de Libres totalmente dependiente de los “papás” correntinos, una vez más acató la orden de no ir a interna y todos declinaron presentar lista. Todos menos Ascúa, quien se plantó y dijo fuerte: “Hubo un proceso interno, fui el único que presentó lista, pues yo soy el candidato peronista”. Todos lo miraron con resentimiento, pero en definitiva nadie se le animó. Los dirigentes locales hablaban por lo bajo, pero en los medios decían apoyarlo para no reconocer que “un gurí” los había dormido a todos.
Sin embargo desde Corrientes querían al “Loro” Alberto Yardín como candidato y a Beto Hantouche como su compañero de fórmula, al principio Yardín se entusiasmó y comenzó a decir que había que bajarlo a Tincho porque no medía. Al hoy intendente le pidieron en todos los idiomas que bajase su lista, y en todos los idiomas respondió que no.
Ningún dirigente peronista lo quería como candidato, pero ninguno se animaba a “bajarlo”, y entonces volvieron a Corrientes a hablar con “papá Camau” para que lo bajara, y Camau les respondió: “Yo quiero que la fórmula sea Loro-Beto, pero sé perfectamente como es Libres y no me voy a meter porque después ustedes se rompen y la mitad se me va a poner en contra, yo quiero ganar la provincia, si no se ponen de acuerdo vayan con dos listas y arréglense como puedan”.
Unos días antes se propagó por todo el frente que debían estar los tres, Yardín-Hantouche y Ascúa de primer 
concejal. Parecía lo más razonable. Pero otra vez lo parecía para todos, menos para Tincho. Sesionó el Consejo Departamental y la mayoría decidió no entregar el aval a “Tincho”, pues Yardín seguía coqueteando y se había generalizado la idea de que Yardín-Hantouche-Ascúa era, no solo imbatible, parecía que si el “Loro” se ponía firme también sería posible.
Finalmente Yardín, tal vez por temor al aparato radical, decidió no forzar la barra, e impulsar junto a Camau que en Libres hubiese dos listas que representaran al surfista, en una decisión, compartida por el presidente del PJ, Walter Fontana y la gran mayoría de la dirigencia local. El tema es que una vez que se confirmó, la decisión fue rechazada por la totalidad de la militancia que se sentía engañada, pues muchos querían que se bajara “Tincho” porque veían en Yardín más posibilidades de triunfo. Cuando esa militancia vio que la jugada del diputado era “romper” cerró filas alrededor de Ascúa, y el resultado de eso fue el triunfo de anoche.
Vischi se había mantenido expectante hasta el final de la decisión del PJ. Por esos días, fuentes radicales expresaban abiertamente que “si el candidato es el ‘Loro’ se sube Peteco porque es el único que le puede ganar”. Tras la ruptura el radicalismo se relajó, y Peteco, que prefería a Sincovez porque le garantizaba mejores negociados, montado en su soberbia decidió jugar con lo peor que tenía, creyendo que con la oposición dividida la marca “ECO” ganaba fácil con cualquier cachivache. “A Tincho y a Beto les ganamos con Coquito Bueno”, chicaneaban los radicales. Y no ganaron!
Lo cierto es que Ascúa no descuidó nada, y tampoco aflojó ante la adversidad, se buscó un muy buen compañero de fórmula en Marcelo Cuevas, y siguió adelante, sin amedrentarse, con coraje y asumiendo riesgos, como lo hace un político de verdad.
El camino al municipio está transitado, Hoy Ascúa es el dueño del sillón de Di Tomaso, por lo menos, hasta el 10 de diciembre de 2021. Muchos creerán que lo más difícil ya pasó, y es todo lo contrario, lo más difícil comienza el 11 de diciembre a las 7 de la mañana, cuando la municipalidad abra sus puertas y ya no quede un solo ladrón adentro. Ese será el momento de comenzar a pensar en serio.
En el “mientras tanto” también tendrá Tincho dos tareas muy difíciles, armar un gabinete de gobierno y comenzar a tejer alianzas para gobernar. Y para el caso deberá sentarse a pensar, y decidir que quiere hacer con Libres. Si el nuevo intendente escucha los cantos de sirena, y se queda solamente con “los compañeros” que lo ayudaron a “llegar” la ciudad no cambiará demasiado, si en cambio decide pensar en instalar un gobierno peronista en serio entonces deberá pensar mucho.
El gabinete es primordial, sobre todo en las tres áreas más sensibles para un gobierno peronista, Secretaría de Gobierno, Obras Públicas y Desarrollo Social. Si a cualquiera de esas tres áreas va “cualquiera” poco cambiará, si en cambio el intendente Ascúa se referencia en los gobiernos peronistas, y coloca en los lugares adecuados a la gente adecuada puede realmente cambiar la historia de la ciudad.
Pero las alianzas políticas no son menos importantes, si Camau hubiese ganado todo sería más sencillo, pues todos los mequetrefes aliados al radicalismo pronto se cambiarían de bando, pero la caja radical seguirá impactando en Libres desde la provincia y Vischi se encargará de que ese periplo se aceite rápidamente.
Ascúa enfrenta un gobierno difícil, tendrá al gobernador en contra y al concejo, a priori, manejado por la oposición; pues ni él, ni “Beto” Hantouche consiguieron un primer concejal atractivo, y ayer el pueblo le dio su confianza a él, pero no un cheque en blanco. Los concejales que conformaron su lista lograron casi 4.000 votos menos que él, lo cual es una enormidad, las colectoras, en esta ocasión, le jugaron una mala pasada al intendente electo, pues la dispersión le hizo perder un concejal.
El concejo quedará conformado por siete integrantes que hoy adhieren a ECO, y seis de lo que supo ser el Frente para la Victoria. Es decir, si Martín Ascúa lograra, mediante alguna negociación, que al concejo lo presidiera uno “propio” se quedaría con cinco en las votaciones contra siete de ECO. Si en cambio la presidencia la llegara a ocupar alguien de ECO la ecuación “abajo” se emparejaría, con lo cual la presidencia sería muy poderosa y tendría durante los próximos dos años a un presidente del concejo “enemigo” co-gobernando desde el primer piso. Algo deberá pensar para evitar esa situación.
Lo primero que se nos ocurre es advertirles a los seguidores del intendente electo que el enemigo está en ECO, no en el Partido de la Victoria, pues cada chicana, cada acusación falsa, cada embarrada de cancha que salió desde Colón al 700 fue a parar al corazón de Hantouche, y eso no pareciera ni justo ni inteligente, y seguramente le resultará en costo político extra a Tincho a la hora de negociar.
Como puede observarse el problema que enfrenta Ascúa no es de regla de tres simple, y el encargado de resolverlo será el mismísimo jefe del próximo gobierno. Quienes le deseamos el bien esperamos que sepa escuchar a las personas adecuadas a la hora de tomar decisiones y no se deje arrastrar por entornos “aficionados”, sin experiencia de gobierno.
Esperamos pacientemente, pero con ansias, la caída del régimen más corrupto de la historia de Libres, ese día llegó ayer, y deseamos enfáticamente que la coyuntura política nos convierta en periodistas “oficialistas” No por plata, como ocurrió en los últimos doce años con los medios que sostuvieron al desaparecido “Reich” petequista, sino por defender del gobierno de Ascúa las mismas convicciones que siempre nos pusieron lejos de la chequera de Vischi.
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