Por Gabriel Link –
Hoy, en conferencia de prensa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich justificó el asesinato a sangre fría del trabajador popular Rafael Nahuel. Afirmó que la represión se enmarcó dentro de “una acción legal frente a una acción ilegal e inaceptable”.
La “acción legal” fue la brutal represión y posterior detención de mujeres y niños, “la acción ilegal e inaceptable” fue la toma pacífica de tierras fiscales por parte de quienes son sus verdaderos propietarios ancestrales. Para “enmarcar” semejante aberración la ministra Bullrich aseguró que “se acabó el mundo del revés”. Desopilante.
En esta lucha de clases, que el pueblo va perdiendo, literalmente “por paliza”, desde el 10 de diciembre a manos de la oligarquía, hoy se dio una de las declaraciones públicas más directas y sinceras de que se pueda tenerse memoria por parte del gobierno de Mauricio Macri.
La ministra, que en cualquier país democrático del mundo hubiese sido removida por la muerte de Santiago Maldonado, lejos de haber sido obligada a salir de su despacho, hoy, a dos días de su segundo asesinato de un veinteañero en el sur, apareció más fuerte que nunca.
Bullrich dejó explícitamente claro que vivimos en un estado policial, donde la verdad que prima es la de la policía, “Le damos a la versión de la Prefectura el carácter de verdad”, dijo hoy. Y eso no es ni más ni menos que la base primaria del pensamiento de una dictadura militar. Los argentinos sabemos de memoria lo que ocurre cuando esa teoría se pone en práctica desde el poder. “El juez podrá buscar las pruebas que quiera, desafió Bullrich”, pero “está perdiendo días porque no los dejan entrar, le reprochó a la vez. “Cada vez van a quedar menos pruebas porque en el lugar siguen los grupos violentos” se justificó, como declarando de antemano la ineptitud del Poder Judicial si la investigación arroja como resultado que la muerte de Nahuel fue un crímen perpetrado por Prefectura; como amenazando al juez Gustavo Villanueva y a la fiscal Silvia Little, para que “tengan cuidado” de cómo van a caratular la causa. Curiosamente al lado de la ministra estaba sentado su par de Justicia.
El párrafo completo es de una peligrosidad inusitada, la ministra asume para sí el rol de la justicia y se lo delega a cada policía del país para que haga lo que quiera con nuestras vidas: “El juez necesitará elementos probatorios, el gobierno nacional ha definido que esto se realizó en el marco de una manda judicial. No tenemos que probar lo que hacen las Fuerzas de Seguridad en el marco de una tarea emanada de una orden judicial. Le damos a la versión de la Prefectura el carácter de verdad. Prefectura fue a enfrentarse con un grupo violento. El juez podrá buscar las pruebas que quiera. Está perdiendo días porque no los dejan entrar. Cada vez van a quedar menos pruebas porque en el lugar siguen los grupos violentos”, afirmó Bullrich.
La conferencia de prensa de los ministros Bullrich y Garavano fue lisa y llanamente una “declaración de guerra” a todo aquel que no se arrodille ante el poder económico, fue la legalización de la represión indiscriminada y a sola decisión del uniformado que “decida” hacerlo. El mensaje de hoy fue la vuelta a la “legalidad” de los crímenes de Estado, y los asesinatos propiciados por el estado se llaman crímenes de lesa humanidad.
El resto de la conferencia de prensa solamente da marco a este párrafo, que lo dice todo. Con periodistas que solamente le tiraron “centros” al punto del penal a los ministros y hasta le reclamaron más utilización de la fuerza contra las comunidades mapuches.
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