Por Gabriel Link –
Tras su intento fallido por ser candidato a gobernador se pasó los últimos dos meses utilizando todos los medios afines para “reclamar” un lugar en el gabinete de Gustavo Valdés. Finalmete, ante la negativa del flamante gobernador, el ex intendente de nuestra ciudad, Eduardo Vischi se tuvo que conformar con una simple banca de diputado provincial.
EL HOMBRE Y SUS CIRCUNSTANCIAS
A nadie escapa que “Peteco” nunca quiso integrar cuerpos colegiados, ni siquiera en sus inicios fue concejal, su inmensa vanidad siempre lo llevó a buscar cargos ejecutivos, en los que no debía compartir nada con nadie ni discutir las decisiones a tomar.
Pero hasta las estrellas un día se apagan, y con muy poca ascendencia entre los diferentes sectores de poder de la UCR correntina, hoy Vischi termina relegado a ser “uno más” entre los 30 diputados que componen la cámara baja, y estará ahí, al igual que sus compañeros de bancada, para defender los proyectos que envíe el gobernador Valdés y cumplir con las indicaciones que su nuevo jefe político envíe a la cámara. Es eso o nada.
COBRAR PARA VIVIR
Ya no habrá una caja donde meter la mano para vivir sin gastar lo acumulado durante casi una década y media en el poder, como vino haciendo ininterrumpidamente, primero en la subsecretaría de Trabajo, luego al frente del Ejecutivo libreño y finalmente a cargo del Ministerio de Coordinación y Planificación de la provincia.
Tampoco habrá “debajo suyo” directores, subsecretarios, secretarios ni ministros a quienes darles indicaciones, ni un intendente a quien indicarle lo que debe hacer o decir. Ya no tendrá Peteco Vischi a quien darle órdenes, solamente le quedará por delante limitarse a cumplirlas, lo cual -conociendo su personalidad- le significará un problema en sí mismo.
NO SIGO SIENDO EL REY
Aunque no será ese su mayor problema. Peteco ya no será “el cuco” para los radicales locales, “Si Tincho se le animó al Loro y le ganó la parada, ¿por que no nos vamos a animar nosotros a discutirle poder a Peteco, que ahora tiene una banca igualita a la de Yardín?” razonaba en voz alta una vieja dirigente radical horas antes del cambio de gobierno.
“Hasta ahora él tenía la suma del poder acá en Libres, era un ministro importante; al municipio siempre lo había ganado él; el intendente y el secretario de Gobierno le respondían ciegamente… Todo eso se terminó, perdimos las elecciones por culpa suya y ahora, a lo sumo podrá venir a discutir con nosotros, pero se terminó eso de levantar el teléfono y decirnos a que hora podíamos ir al baño”, relataba con un dejo de bronca producto de la inconcebible derrota de octubre la conocida dirigente.
Vischi sufre por estas horas lo peor que le puede pasar a un político, la pérdida del poder. Los flashes y los micrófonos que lo buscaban hasta hace pocos días ahora apuntan hacia otros. Peteco se despierta pensando cómo hacer para recuperar el poder perdido, de ser uno de los 5 hombres fuertes del gobierno pasó a ser uno más entre 30 legisladores. De tener a su mentor a cargo de la provincia pasó a tener en el sillón de Ferré a un tipo al que boicoteó porque quería ese lugar para sí.
VOLVER A EMPEZAR
Muchos lo imaginan volviendo a disputar la intendencia dentro de cuatro años, y ese sería el único lugar que lo podría volver a “mostrar” a nivel provincial. Aunque no son pocos los que aseguran que Gustavo Valdés y Ricardo Colombi ya no lo quieren en lugares importantes, el comportamiento del libreño en la disputa por la candidatura a gobernador no lo dejó bien parado hacia adentro, y la derrota territorial lo terminó de debilitar.
El futuro de Vischi es incierto, y, nacido a la política como “el chico lindo de Colombi”, no pareciera ser un hombre preparado para “sobrevivir” a la hostilidad del poder, un poder que supo ostentar con cierta habilidad, pero que siempre “le fue dado” por Colombi, y que por culpa de su soberbia y su despotismo, el sólo fue capaz de perder.
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