
Por Gabriel Link –
Durante los gobiernos kirchneristas, la oposición, y los medios que la sostenían afirmaban que la Militancia K, a través de grupos que parecían a las juventudes hitlerianas o stalinistas adoctrinaban chicos en las escuelas, y hasta en los jardines de infantes. Obviamente que esa acusación jamás llegó a los juzgados, sencillamente porque nunca exisitió
Lo que sí ocurrió durante el kirchnerismo fue la llegada a las escuelas de textos de autores populares que, hasta ese momento, estaban ausentes, así fue que llegaron por primera vez a manos de los chicos por parte del Estado.
La reacción de la derecha conservadora se basaba en la llegada masiva de recursos a las escuelas públicas y a las bibliotecas, donde comenzaron a convivir con los textos “mitristas” los historiadores revisionistas que como O’Donell, Chumbita, Brienza, Galasso o Pigna confrontaban con la amañada “historia oficial”, y con los textos clásicos, ejemplares de la literatura contemporánea y de autores populares como Cortazar, Galeano, Fontanarrosa, María Elena Wallsh, Sacheri o Mempo Giardinelli y muchos otros que hasta allí estaban ausentes en las escuelas del Estado, y, por primera vez llegaban a las manos de los chicos, puestas en ellas por el mismísimo Estado.
Ahora, como se hacía durante las dictaduras vuelve a tomar fuerza el uso de los manuales, y la administración nacional ya empezó a elaborar los suyos propios y a ponerlos en práctica en lugares como la provincia de Buenos Aires, donde la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal mimetiza la realidad para contársela a los chicos de las escuelas bonaerenses. Por ejemplo, desde esos manuales, con una mirada evidentemente “duranbarbista”, les enseñan a los chicos que uno de los motivos por los cuales Macri llegó al poder es el eslogan de campaña “Sí se puede”, dejando claramente a la ideología y a la ciencia política por debajo de la propaganda, algo de lo que Cambiemos hace un culto.
De este modo, como se puede leer en las páginas del manual de Ciencias Sociales para alumnos de sexto grado de la editorial Aique, se narran de una manera muy particular estos primeros años de gobierno de Mauricio Macri.
“A mediados del 2016, el Gobierno pudo alcanzar algunos de los objetivos que se había propuesto, como la reducción de la inflación y el incremento de las inversiones extranjeras”, recitan de manera insólita los nuevos libros de historia de Vidal, reeditando la teoría del “segundo semestre”, aunque de manera extraña en los libros ese segundo semestre sí llegó.
También hace referencia el manual a un malestar social generado por la muerte del fiscal Alberto Nisman, que facilitó la llegada de Macri al poder, habla de medidas de Cristina Fernández de Kirchner que generaron conflictos con el agro, destaca los encuentros de Macri con algunos líderes mundiales, y finalmente sostiene que las movilizaciones contra los despidos y los tarifazos fueron simples críticas al “rumbo emprendido por el gobierno”.
No es la primera vez que el macrismo mete a presión su doctrina conservadora en los libros de texto escolares, el año pasado el Ministerio de Educación de la Nación distribuyó a las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires manuales para chicos de sexto grado que adoctrinaban contra del derecho a huelga de los trabajadores. Eso sí, nada critican esos manuales porteños de los piquetes agrogarcas que tenían como objetivo derrocar a Cristina Kirchner y que tuvieron paralizada y desabastecida a la Argentina durante más de dos meses. Aquella vez, el adoctrinamiento fue a través de la editorial AZ.
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