De la Redacción de Contrapoder –
Según el Informe de Perspectivas Económicas Globales, presentado hoy en Indonesia por el FMI, la entidad rebajó sus expectativas de crecimiento en toda Latinoamérica debido en gran parte a la crisis de la economía argentina. Para la región, el Fondo pronostica ahora un crecimiento del 1,2% este año, pero para nuestro país, en cambio, prevé una caída del 2,6% para este año y de 1,6% para 2019. El cálculo para el año próximo parece más realista que el del gobierno argentino, que en su proyecto de Presupuesto 2019 estimó que la contracción del PBI sería de apenas 0,5 por ciento.
Lo curioso es que el FMI le adjudica la creciente recesión a la “incertidumbre persistente sobre el éxito del plan de estabilización subyacente al programa” acordado con el propio Fondo, al “endurecimiento de las condiciones financieras mundiales” y a “un escándalo de corrupción interno”.
El Fondo Monetario y el Gobierno argentino pactaron en junio un plan de ayuda financiera por valor de 50.000 millones de dólares y tres años de duración, a los que se sumaron 7100 millones de dólares adicionales.
Respecto a la inflación, el organismo multilateral calculó que en todo 2018 será de un insólito 31,8% (siendo que a septiembre el acumulado ya es del 32,9%) debido a “la importante depreciación de la moneda”, y estimó que el índice seguirá en un nivel similar en 2019, con un 31,7 por ciento.
Frente a ese escenario, el Fondo volvió a insistir con su receta al asegurar que “en Argentina se requieren ajustes fiscales significativos en una etapa inicial para reducir la carga del financiamiento federal y situar firmemente la deuda pública en una trayectoria descendente”. El informe aclara que esas “reformas” deben “asegurar que los beneficios derivados de un crecimiento más fuerte y sostenido se extienden a todos los sectores de la sociedad”, Para eso pide “rediseñar” (¿eliminar?) lo que llama “programas de asistencia social”.
RSS