De la Redacción de Contrapoder –
Tras la violenta represión, generada por un nuevo ataque de infiltrados, y que motorizó a las fuerzas de seguridad a reprimir a los pacíficos manifestantes, los diputados de la oposición reclamaron la suspensión de la sesión hasta que se detuviera la violencia policial afuera del Congreso y se apersonara en la Cámara el responsable del operativo de seguridad. Luego de una fuerte discusión y el reclamo de los principales representantes de la oposición, el presidente Emilio Monzó aceptó pasar a un largo cuarto intermedio durante el cual, junto a los presidentes de cada bloque mantuvieron una reunión con el responsable del operativo de seguridad, Marcelo D’Alessandro.
Todo había iniciado como habitualmente lo hacen las fuerzas comandadas por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, con una “provocación” de parte de un grupo de supuestos anarquistas encapuchados, que, sin identificación política alguna, arrojaban piedras a la Policía, esto motivó un brutal avance de las fuerzas represivas, quienes no fueron contra quienes los agredían sino que atacaron a mansalva contra quienes manifestaban pacíficamente portando sus banderas de agrupaciones sociales y políticas o de los gremios que convocaron a protestar contra del presupuesto de ajuste, ordenado por el Fondo Monetario Internacional.
Diversos medios se habían hecho eco anoche, mediante fotos y declaraciones de vecinos de Congreso, que camionetas del Gobierno de la Ciudad habían sembrado la zona con montones de piedras y escombros, presumiblemente para que los habituales infiltrados tuvieran “las armas” necesarias para generar el conflicto, algo que lamentablemente volvió a ocurrir.
Tras varios minutos de gases, balas de goma y palazos los diputados del kirchnerismo y la izquierda salieron, una vez más del recinto, para intentar detener la represión, entonces, como en otras oportunidades, fueron atacados brutalmente por la Policía, llevándose la peor parte el diputado Andrés Larroque, quien recibió golpes y una ráfaga de gas pimienta en el rostro.
Los legisladores entonces, llevaron el reclamo al recinto exigiendo que se detuviera la sesión hasta que la policía dejara de reprimir, algo que luego de una fuerte discusión, que incluyó incluso un tumulto generado por los insultos del presidente de la bancada del PRO, Nicolás Massot, en el que se produjeron empujones y hasta algún golpe entre legisladores del oficialismo y la oposición, se logró.
Con la llegada de D’Alessandro a la Cámara se pudo recuperar la calma tras una reunión que duró casi dos horas, el funcionario aseguró que ya no se reprimiría a los manifestantes. Cosa que de alguna manera vino a confirmar que todo lo actuado por las fuerzas de seguridad había sido premeditado y pergeñado por el Gobierno. Un dato que refuerza esa teoría es que fueron detenidos “selectivamente” a periodistas, entre los que se encuentran un delegado de Télam y Nacho Levy junto al equipo de La Garganta Poderosa, a un delegado de ATE, a uno del Astillero Río Santiago y a uno de Suteba Moreno. En total los detenidos durante los incidentes provocados por el Gobierno, serían 31.
Tras el acuerdo entre el Gobierno y los parlamentarios los manifestantes recuperaron sus lugares en las inmediaciones del Congreso y entonces se reinició la sesión, que, dado el gran número de disertantes anotados, durará probablemente hasta altas horas de la madrugada.
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