
De la Redacción de Contrapoder –
La jueza Sandra Arroyo Salgado renunció hoy a la querella en la causa que se investiga la muerte de su ex esposo, el fiscal Alberto Nisman. La magistrada explicó que la decisión pasaba por “la protección y salvaguarda del núcleo familiar”, en referencia a las hijas de ambos. Sin embargo queda claro para todos que el motivo central de la renuncia está centrado en la desestimación por parte de innumerables especialistas de la irrisoria pericia a medida de la querella realizada por Gendarmería y la aparición del libro de Pablo Duggan, que da por tierra con cualquier teoría de asesinato.
“La presente decisión se impone, a esta altura ya impostergable, ante la necesidad de adoptar medidas tendientes a garantizar la protección y salvaguarda del núcleo familiar de quien en vida fuera Natalio Alberto Nisman”, indicó la magistrada”. A través de un escrito, indicó: “Ello atendiendo al impacto emocional causado por el hecho objeto de la investigación cuyas secuelas persisten al día de hoy”.
La magistrada también se refirió “al apremio de reconstruir en actual coyuntura el proyecto de vida personal familiar y profesional resquebrajado”. Todo esto de manera tal de “sobreponer la vida salud seguridad y bienestar de la familia postergados en pos del esclarecimiento de aquella muerte, cuyas singulares circunstancias demandaron inconmensurable esfuerzo y sacrificio que fue más allá del curso natural de las cosas”.
En la nota aludió además al “escenario de amenazas previas y posteriores al hecho y recurrentes al día de la fecha” y apuntó “al impacto político institucional del caso a nivel local e internacional y los posibles actores del juego, han generado un estado de situación que me imponen priorizar la paz y espiritualidad del grupo familiar”.
La magistrada había lanzado ridiculas acusaciones contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, e incluso calificó la muerte del fiscal como “un magnicidio que cruzó una raya en la Argentina”. Lo cierto es que varios estudios, incluso algunos internacionales, desestimaron por completo el fabulado informe elaborado por los peritos de Gendarmería, que indicaban que el fiscal había sido asesinado, teoría que acabó sepultada con la aparición del libro del periodista Pablo Duggan
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