De la Redacción de Contrapoder –
Mauricio Macri declaró hoy al año que inicia como “Año de la Exportación”. Y a decreto seguido fijó retenciones del 12% a la exportación de prestaciones de servicios de pequeñas y medianas empresas hasta el último día del mes de diciembre. La extraña manera de motivar la venta de productos argentinos e el mundo fue publicada hoy, a través de dos decretos aparecidos en el Boletín Oficial.
El primer decreto fue el 1177/2018 que declara a 2019 como “Año de la Exportación”, y en él se califica al “comercio internacional de nuestros productos y servicios” como “la vía para la construcción de una economía próspera, dinámica e integrada al mundo”.
Agrega que “el fomento de la exportación es importante para la inserción comercial del país en el comercio global”, y puntualiza que, sobre la base de esos criterios, el Gobierno “promocionará actividades, conferencias y programas que promuevan las exportaciones”.
Sin embargo, otro decreto, el 1201/2018, firmado también por el presidente Mauricio Macri fijó “derechos de exportación del 12% para las prestaciones y servicios superiores a los 600 mil dólares anuales”. La medida recae sobre las micro empresas y las pymes, el sector más golpeado de la economía argentina desde que Cambiemos llegó al poder y estableció la apertura indiscriminada de importaciones, hiriendo de muerte a la industria nacional y al mercado interno.
Macri considera que las retenciones al sector agropecuario son “un impuesto injusto”. Así lo dijo durante toda su campaña y loratificó al asumir, bajando los derechos de exportación a la soja y eliminando los de la carne, el trigo, el maíz y el girasol, razón por la cual los precios de los productos cárnicos, las harinas y los aceites volaron hasta la estratosfera.
Aunque luego debió retroceder parcialmente Macri siempre criticó que se les retuviera parte de las ganancias extraordinarias del sector agropecuario, sin embargo, ahora les retendrá parte de lo exportado a las pymes, las industrias más golpeadas por los tarifazos, la devaluación y el incremento de los insumos industriales importados, producto del desastre que produjo en la economía argentina el “mejor equipo de los últimos 50 años”.
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