
De la Redacción de Contrapoder –
En su primer día como presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, anunció ayer medidas que atentan contra el movimiento LGBTI y las comunidades indígenas. A través de un decreto, Bolsonaro traspasó al Ministerio de Agricultura la misión de identificar, delimitar y crear nuevas reservas indígenas, “Más del 15% del territorio nacional está delimitado como tierra de indígenas y descendientes de esclavos. Menos de un millón de personas viven en estos lugares aislados del Brasil de verdad, explotadas y manipuladas por ONGs. Vamos a integrar juntos a estas ciudades y a valorar a todos los brasileños”, justificó Bolsonaro via Twitter, tras la firma del decreto.
Esa decisión puso en guardia a las comunidades indígenas, ya que la cartera de Agricultura quedó en manos de Tereza Cristina Correa, una hacendada que coordinaba la bancada de los propietarios rurales en el Congreso y responde ideológicamente a los grandes latifundistas brasileños. Hasta hoy, la atribución de demarcar las reservas estaba en manos de la Fundación Nacional del Indio (Funai), vinculada al Ministerio de Justicia.
La prensa brasileña también puso la lupa sobre una “medida provisoria” con fuerza de ley que eliminó a la comunidad LGBTI de la lista de las directrices de protección de los derechos humanos que antes estaban amparadas en el organigrama ministerial. El decreto 870/19 está referida a los cambios ordenados en la estructura de los ministerios, incluyendo a la nueva cartera de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos, comandado por una pastora evangelista, Damares Alves.
Entre las políticas y directrices destinadas a la promoción de los derechos humanos se incluyen explícitamente a las “mujeres, niños y adolescentes, juventud, ancianos, personas con discapacidad, población negra, minorías étnicas y sociales e indígenas”. Los integrantes del colectivo LGBT, que antes eran citados en las estructuras de la Secretaría Nacional de Promoción y Defensa de los Derechos de la Persona Anciana quedaron excluidas en el texto.
Bolsonaro también encabezó ayer el acto de jura de varios de sus ministros, en el que se destacó la investidura en la cartera de Justicia y Seguridad de Sergio Moro, el juez federal que encarceló al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de esa manera hizo posible que el fascismo se instalara en Brasil.
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