
Por Gabriel Link –
Tras el rotundo éxito del paro del martes 30, el movimiento sindical argentino pareciera haber entrado en una etapa de cambios, sin sismas aparentes ni grandes recambios de caras conocidas queda claro que la conducción de Hector Daer y Carlos Acuña fue puesta en cuestionamiento por las regionales del interior y las segundas líneas dirigenciales de muchos sindicatos, que desoyendo las voces de sus conductores decidieron apoyar la medida de fuerza convocada desde afuera de la CGT. Todo parece encaminarse a que en el corto plazo uno de los Moyano vuelva a sentarse en la oficina más importante de la calle Azopardo.
De alguna manera la huelga convocada por el moyanismo, la Corriente Federal y las dos CTA, mostró el quiebre que comienza a efectuarse entre la conducción de la CGT y sus bases. No solamente decenas de regionales de la Central Obrera acompañaron la medida de fuerza en el interior del país, sino que en Capital y Gran Buenos Aires los trabajadores de varios gremios que no convocaron decidieron acompañar la medida desoyendo las órdenes de sus secretariados generales, haciéndose más visible esta desobediencia en la UTA, dónde los choferes de más de 80 líneas de colectivos decidieron adherir, lo que le dio al paro mayor visibilidad.
Esta decisión abrió un inmenso interrogante sobre la gobernabilidad, no solo en el sindicato que conduce Roberto Fernández, sino en el comando de la CGT. Las bases, cansadas de la connivencia entre sus dirigentes sindicales y el gobierno que los explota decidieron enviar un claro mensaje al binomio conductor de la central Daer-Acuña “O se ponen al frente de la protesta o vamos por sus cabezas”, pareciera haber sido el mensaje político subido desde las bases de muchas organizaciones que ya comienzan a mostrar hastío por la blandengue conducción.
Tan es así, que en la misma noche del martes, tras la multitudinaria movilización a Plaza de Mayo, el Diario la Nación anunció que se había abierto un canal de negociación entre Hugo Moyano y “los gordos” para planear juntos un paro general.
“Puertas adentro de la CGT se debate la hoja de ruta a seguir y surgen cada vez más voces que piden endurecer su postura ante Macri. No está previsto por ahora convocar al consejo directivo, aunque la mesa chica, integrada por ‘los Gordos’, los autodenominados independientes y el barrionuevismo, se reunirá la semana próxima. Los gremios del transporte, en tanto, presionarán para convocar directamente a un plenario general y abrir la discusión”, publicó el diario de Mitre y Saguier.
“Hay necesidad de hacer un paro general por parte de la CGT, no podemos ir atrás de la CTA. Coincidimos con el reclamo del paro de hoy”, reproduce el matutino declaraciones del ferroviario Omar Maturano a FM La Patriada.
En el caso de la UTA, cuando Fernández confirmó que su gremio no se plegaría al paro pero sí convocaría a “no prestar servicio” el 1 de mayo, en protesta por el impuesto a las Ganancias, se inició un estado asambleario en casi todas las líneas. Como promotor de la rebeldía hacia la conducción apareció Miguel Ángel Bustinduy, ex secretario de Organización de la UTA y otrora mano derecha de Roberto Fernández. Bustinduy rompió con su jefe y se presentó a las elecciones con lista propia. Perdió la elección, pero a partir de allí se convirtió el referente de la oposición dentro del gremio. El lunes, Bustinduy ya había anunciado en un reportaje con Radio Mitre que el paro sería contundente. “Siguen las adhesiones y los compañeros a lo ancho del país están tomando la decisión de parar en el día de mañana”, había afirmado el dirigente opositor.
Pero Fernández no fue el único desobedecido, ya que la UTA forma parte de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), la organización que agrupa a todos los sindicatos de transporte del país y es conducida por Juan Carlos Schmid, uno de los primeros que, junto a sus ex compañeros del triunvirato conductor de la CGT, salió a anunciar el quite de servicios el 1º de mayo, oponiéndose al paro del martes 30. Pero dentro de la CATT, muchos sindicatos, impulsados desde el moyanismo, resolvieron acatar la medida de fuerza.
Más de la mitad de los sindicatos nucleados en la CATT decidió parar el martes, entre estos se cuentan los siete sindicatos aeronáuticos que agrupan a los pilotos de Aerolíneas, Austral y Latam, además del personal de tierra, los técnicos y las tripulaciones de abordo; también adhirieron los sindicatos portuarios que agrupan a operadores de grúas, obreros de puertos y estibadores, dejando en soledad al sindicato que conduce Schmid, Dragado y Balizamiento, que también opera en los puertos y no paró. Desde la CATT no son pocas las voces que aseguran que Schmid perdió buena parte de su predicamento y que será muy difícil que pueda retener el comando de la Confederación.
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