De la Redacción de Contrapoder –
En un hecho tan repudiable como cualquier otro acto de violencia que sufren miles de ciudadanos a diario en todo el país, fue destrozada con una piedra la luneta de la camioneta del diputado Alberto Yardín alrededor de la 1:00 horas de hoy. El modus operandis usado para atacar el vehículo, contrariamente a lo que publica el portal colega Sur Correntino, que atribuye la culpabilidad al peronismo, es más que común en robos a automotores. Un simple ejercicio de búsqueda en Google lo comprueba.
“El hecho se da curiosamente a pocos días del cierre de listas a concejales en donde Yardín fue por fuera de la estructura municipal. El hecho evidentemente tenía como sola finalidad causar daño, ya que el móvil del robo quedaría descartado dado que nadie que quiera robar rompe la luneta, por lo que si bien no se puede asegurar el motivo tendría connotaciones políticas derivadas del cierre de listas a concejales”, publica hoy el portal colega.
Según el portal de Radio Sudamericana (también reproducido por Sur Correntino) Yardín “contó que alrededor de la 1 de la mañana escuchó la alarma de su camioneta (estacionada a metros de su vivienda) y cuando salió se percató que habían roto por completo la luneta del vehículo. ‘Un vecino me dijo que había una motocicleta con dos ocupantes, hicieron tiempo, arrojaron una baldosa contra el vidrio y se escaparon'”.
Ante esta declaración del propio Yardín, ¿no resulta lo más lógico pensar que quisieran robarle y que al encontrarse que el vehículo tenía alarma los ladrones huyeran?
Sin embargo Yardín, a renglón seguido “mete” en los reportajes que dio (a Sudameticana y LT7) la cuestión de la interna que él mismo planteó hacia dentro del peronismo, y que terminó con el yendo “por afuera” con un sello marginal que aun no se termina de confirmar.
En política suelen aparecer las “picardías”, aunque también suelen respetarse ciertos códigos, a esos códigos los rompió históricamente el radicalismo en tiempos de campañas, rompiendo carteles, baleando locales partidarios y cometiendo todo tipo de fechorías, siempre relajados en la impunidad que les daba el manejo de las cámaras de seguridad y también de la Policía de Corrientes. Hoy, casualmente, el diputado Yardín en sus declaraciones y el ex intendente Eduardo Vischi a través de un posteo “solidario”.
Con una publicación casi calcada también se “solidarizó” e redes la primera candidata de ECO, Mónica De Gaetano de Pedascoll; y realmete resulta extraño ver como Yardín y los radicales coinciden en sospechar que esto fue un ataque con “motivaciones políticas” para que todo el mundo mire al intendente Ascúa. Eso no es una picardía, es una clara ruptura de esos códigos, que la política suele respetar.
Es de suponer que las autoridades policiales tampoco deben perder de vista el conflicto que el diputado tuvo con el arrendatario del campo en el cual tenía una plantación de tomates, Ángel Pereyra, hace solo un mes y medio.
Si bien el hecho no tuvo mayores repercusiones periodísticas en nuestra ciudad, el conflicto terminó con ambos en una comisaría cruzándose denuncias, con Yardín acusando a Pereyra de robarle tomates y con Pereyra acusando a Yardín de enviarle una patota a darle una paliza.
En caso de no ser lo que a todas luces parece ser, un intento de robo evitado por la alarma de la camioneta (que justamente para eso está instalada), antes de inventar ficciones rebuscadas para desprestigiar al adversario político ¿no convendría buscar sospechosos en los conflictos personales del diputado Yardín?
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