De la Redacción de Contrapoder –
Indudablemente por última vez, Mauricio Macri habló este martes ante Asamblea General de las Naciones Unidas, lo hizo frente a muy pocos delegados y con una agenda vacía de contenido, defendió un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea que está cada vez más frío. Insólitamente reivindicó la soberanía argentina sobre las islas Malvinas (a pocas horas de haber sido denunciado por Traición a la Patria por haberles cedido soberanía a los británicos, y reclamó “cooperación” a Irán para esclarecer el atentado a la AMIA. En su despedida, Macri salió del edificio de la ONU sin haber conseguido una sola reunión bilateral.
El ignorado discurso fue durante la 74º Asamblea General, en la cual Macri señaló que su gobierno “se caracterizó por desempeñar un rol constructivo para enfrentar juntos los desafíos globales, apostando por la búsqueda de consensos y la acción colectiva, y actuando con la convicción de que el mundo es mucho más una oportunidad que una amenaza”.
En la misma línea de conocidos clichés autoelogiando su gestión, afirmó que desde que asumió en diciembre de 2015 decidió “dejar atrás una etapa de confrontación con el mundo” para “desarrollar una inserción internacional inteligente, en un contexto internacional complejo en el que decidimos asumir una responsabilidad y hacer un aporte al fortalecimiento del multilateralismo”.
En relación al agonizante acuerdo con la UE apuntó que es un convenio “sin precedentes para ambos bloques” porque “va a permitir potenciar el comercio y las inversiones, impactando positivamente en la calidad de vida de nuestra gente”.
En otro pasaje pidió al Reino Unido “reanudar negociaciones bilaterales” que “permitan encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa” por la soberanía de las islas del Atlántico Sur. Macri afirmó que el país “reafirma los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas y espacios marítimos circundantes”.
También se refirió a los atentados a la AMIA y a la embajada de Israel, y pidió a Irán que “coopere con las autoridades judiciales argentinas”.
Reiterativo hasta el hartazgo, Macri también recurrió a su viejo “comodín”: Venezuela. Repudió una vez más al gobierno de Nicolás Maduro, al que calificó como “una dictadura que ha sumido a Venezuela en una crisis humanitaria sin precedentes”.
Además, sostuvo que “el éxodo masivo de millones de venezolanos está afectando gravemente la gobernanza de nuestra región”, y convocó a la comunidad internacional a “revertir esta situación y que Venezuela vuelva ser libre y democrática”.
Ya fuera del ámbito diplomático, la visita de Macri a New York ni siquiera sirvió para conseguir el envío de fondos del FMI, ya que intentando apoyar la vana gestión del ministro Lacunza, el aun presidente participó de una reunión en Nueva York con el jefe interino de ese organismo, David Lipton, buscando destrabar el giro pendiente de U$S 5.400 millones. las gestiones no prosperaron y Macri apenas logró volverse con una promesa, seguir las conversaciones en tres semanas.
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