De la Redacción de Contrapoder –
El ministro de Salud de Brasil, Luiz Mandetta, anunció esta noche que se mantendrá en el cargo, luego de quebrarle el brazo al presidente Jair Bolsonaro, quien había amenazado con expulsarlo y debió ser advertido de las consecuencias graves que ello acarrearía para la continuidad del gobierno por sus asesores militares y los líderes del Congreso.
“Vamos a seguir”, afirmó Mandetta, quien reveló que sus asesores ya le habían vaciado los cajones de su despacho porque daban por segura la expulsión del ministro que según las encuestas, más que duplica a Bolsonaron en popularidad.
Uno de los victoriosos de la puja que debilita cada vez más al gobierno, es el vicepresidente Hamilton Mourao. “Mandetta sigue en combate, él se queda” declaró el general retirado Mourao, cuyo nombre suena como jefe del Planalto si el mandatario no completara su gestión, algo que cada día aparece como más probable. Otro que se anota entre los ganadores es el general Walter Souza Braga Netto, flamante jefe de la Casa Civil, quien quedó a cargo de todo lo referente a las decisiones sobre la pandemia y responde exclusivamente a las órdenes de la comandancia del Ejército, ignorando por completo al extravagante presidente.
El ministro Mandetta tuvo ayer su pequeño “clamor popular” con algunos cacerolazos a su favor durante la tarde en barrios de Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia, lo que fue clave para que Bolsonaro no ejecutara la amenaza del domingo contra “los ministros que se creen estrellas”.
“Vamos a seguir porque continuando vamos a enfrentar a nuestro enemigo; nuestro enemigo tiene nombre y apellido, el Covid-19: hay que defender la ciencia, la planificación, un médico no abandona a los pacientes”, afirmó Mandetta.
“El fin de semana estuve leyendo ‘La caverna’, de Platón; lo leo desde los 14 años y nunca lo entiendo”, dijo el traumatólogo, quien pertence al conservador Demócratas que se unió a Bolsonaro en la época del juicio político contra Dilma Rousseff en 2016.
“El mito de la caverna” -tal el título completo del texto- trata de un grupo de personas que cree que las sombras proyectadas en las paredes son la realidad.
Fue un mensaje para los terraplanistas, como se le dice al ala ideológica comandada por el astrólogo de ultraderecha Olavo de Carvalho, líder conceptual de los hijos de Bolsonaro, el canciller Ernesto Araújo y el ministro de Educación, Abraham Weintraub.
Bolsonaro desde hace dos semanas se opone a las medidas de cuarentena de los estados e intendencias y se apoyó en el regreso al trabajo, llamando a la población, mediante pastores evangélicos, a ocupar las calles, mientras retrasaba las ayudas oficiales para el freno a la actividad.
Mandetta había sido dado como expulsado mientras Bolsonaro almorzaba con el diputado, médico y ex ministro de Ciudadanía Osmar Terra, quien adhiere como el presidente al cese de las cuarentenas en estados y ciudades y pertenece al Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB). Muchos incluso ya lo señalaban como el futuro ministro de Salud.
De hecho, la presión política en Brasilia escaló cuando fuentes del gobierno citadas por el diario O Globo (actualmente opositor a Bolsonaro), dijeron que Terra, quien descree de la línea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sería el reemplazante de Mandetta.
Mandetta, siendo el hombre más popular del gobierno, fue respaldado por los dos jefes del Congreso, el diputado Rodrigo Maia y el senador Davi Alcolumbe, ambos del partido Demócratas. Maia tiene en su cajón varios pedidos de juicio político a Bolsonaro.
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