Lo determinó el gobernador: A pesar de las mentiras de Vischi los gimnasios no pueden abrir

Por Gabriel Link –

Con la ayuda de algunos medios que operan subrepticiamente a favor de la oposición, el ex intendente Eduardo Vischi intentó este fin de semana volver a sembrar la discordia entre el municipio y un sector de la sociedad libreña que está siendo duramente perjudicado por la cuarentena obligatoria, los gimnasios.

El bueno de “Peteco”, junto al director del Hospital San José, Jorge Ferreyra Dame y el resto de los concejales opositores, montaron el viernes, mediante engaños, una “pantomima” de reapertura de dichos locales, como si alguno de los presentes en el lugar tuviese autoridad para decidir semejante cosa en Paso de los Libres.

El video es realmente muy bizarro, se lo ve al empresario Marcelo Marín, quien sin saber que estaba siendo timado corría de un lado a otro, dirigiendo a sus alumnos, mostrando las bondades de un supuesto “protocolo”, y confiado en que lo que le decían Vischi y Ferreyra Dame era verdad (que el protocolo estaba aprobado por el ministerio de Salud de la provincia). El empresario seguramente sentía que finalmente podría superar las profundas dificultades por las que está atravesando su empresa en el contexto de la cuarentena, y actuaba en consecuencia. Alrededor de Marín puede observarse a toda la runfla de perversos radicales y sus aliados posando como actores para las cámaras, presentados como “las autoridades que están controlando” el cumplimiento del supuesto protocolo en una suerte de “mise en scene”, que no era otra cosa que la “actuación” del engaño perpetrado por Vischi hacia el dueño del gimnasio.

Lo que seguramente no sabía Marín, era que ni el diputado, ni el director del Hospital, ni los concejales que actuaban de árbitros tienen autoridad para reabrir una actividad que cerró el presidente de la nación. Tampoco sabía Marín que en ese momento y en ese lugar, todos los presentes (incluyendo a Vischi) estaban violando la cuarentena porque ninguno tenía autorización para estar dentro de un gimnasio. Es decir, todos ellos estaban cometiendo un delito.

Mientras tanto un sector de la prensa ayudaba a montar la mentira, el portal local “Confirmado” publicó el viernes una nota titulada “Hoy se llevarán a cabo pruebas piloto en gimnasios para determinar si pueden ser habilitados”, agregando que “La verificación estará a cargo de Salud Pública de la provincia, contaría con la presencia del Dr. Jorge Ferreira Dame, Director del Hospital San José…” (sic)

¿Alguien con dos dedos de frente y una formación política mínima puede creer que el experimentado periodista local Ignacio Villanueva no sabía que la apertura de una actividad prohibida por un DNU presidencial no depende de un antojo del director de un hospital?

Para dimensionar la situación es necesario entender que, al igual que muchas otras actividades comerciales, los gimnasios están cerrados en primera instancia por un decreto presidencial. Con el correr de las semanas el presidente delegó en los gobernadores la potestad de ir abriendo algunas actividades en la medida que lo consideren prudentes (aunque no precisamente los gimnasios), de acuerdo a la situación de cada provincia; y en el mismo sentido los gobernadores delegan en los intendentes algunas decisiones en relación al estado de cosas en cada localidad.

Hasta donde pudo averiguar el cronista no hay ninguna ciudad en el país en que los gimnasios estén funcionando. Solamente lo intentó Ituzaingó (tierra natal del gobernador), donde el intendente Eduardo Burna es un perro faldero de Colombi y viejo adversario político del clan Valdés. Burna quiso desafiar la autoridad del gobernador este viernes, cuando anunció la apertura de los Gyms. Pero la brabuconada le duró lo mismo que a “Peteco” Vischi en Libres, pues al día siguiente, durante los anuncios del sábado a la tarde, el mandatario provincial dejó en claro que los gimnasios permanecerán cerrados en toda la geografía provincial.

¿Hacía falta que lo aclarara? En realidad no, pues los gimnasios de todo el país permanecen cerrados por decisión del presidente, pero debió hacerlo por la irresponsabilidad de dos de sus correligionarios (Burna y Vischi), “casualmente” ambos enrolados en la línea que responde a Ricardo Colombi, como parte de una interna que ya empezó a calentar motores y promete ponerse intensa en los próximos meses de cara a la sucesión del sillón de Ferré.

Tal como decíamos párrafos antes, el presidente va delegando quincena a quincena algunas decisiones en los gobernadores, y a su vez los gobernadores van haciendo lo propio con los intendentes. Con lo cual, para que el sector pueda reanudar sus actividades, primero el presidente Alberto Fernández deberá considerar que la actividad entra entre las decisiones “delegables”, y luego Gustavo Valdés deberá considerar lo mismo, tras lo cual la decisión quedará en manos de Martín Ascúa, quien es el único en la ciudad que puede tomar esa decisión.

¿Cuándo se estima que podría ocurrir esto? muy pocos creen que en el próximo “corte” del 24 de mayo, la mayoría cree que será bastante más adelante, y por eso el sector le reclama al Gobierno nacional una ayuda especial.

Está claro para cualquiera que lea los diarios que un triste diputado provincial rodeado por un grupete de concejales mal dormidos no tienen autoridad para decidir nada en la ciudad, ni para “crear” protocolos de nada. Lo único que hicieron el viernes Vischi y su banda fue un poco de “circo”, buscando crear discordia entre los empresarios del sector y el municipio. Para eso también “utilizaron” a una funcionaria municipal que, incapaz de discernir entre sus responsabilidades y sus limitaciones, abrió un canal de diálogo con los empresarios sin la autorización correspondiente. Se trata de la polémica Iris Romero, flamante secretaria de Salud, quien no para de hacer tonterías desde que fuera nombrada para reemplazar al renunciante Ignacio Cabral.

Lo cierto es que los dueños de los gimnasios fueron engañados del mismo modo que hace algunas semanas los camioneros internacionales. Y por los mismos irresponsables, que invocando el nombre del ministerio de Salud pretenden arrogarse la potestad de tomar decisiones políticas en una ciudad que por su autonomía decide a través de las autoridades ejecutivas electas para tal fin. Vischi “cree” que es el caudillo del pueblo; Ferreyra Dame “sueña” con ser intendente; pero la realidad es que desde diciembre de 2017 y hasta diciembre de 2021, el que toma las decisiones políticas en esta ciudad es Martín Ascúa.

 

Nota: No es intención de esta nota abrir juicio de valor acerca de la conveniencia o no de la apertura de los gimnasios. Serán los asesores del presidente, los del gobernador y los del intendente quienes aconsejarán tomar esa decisión cuando lo consideren oportuno. Ni quien escribió esta nota, ni el diputado Vischi, ni los payasos que lo secundan estamos en condiciones de opinar en tal sentido.