Por Gabriel Link –
Los radicales no tienen corazón, el gobierno provincial es incorregible, hoy Contrapoder se hizo presente en el predio dónde las ya “célebres” 28 viviendas esperan a que sus propietarios, que ya están asignados, ingresen a habitarlas. La postal es desoladora, hay familias que no tienen dónde vivir, ven sus viviendas vacías, y el gobernador Gustavo Valdés les hace pito catalán y no se las entrega porque las reserva para el tramo final de la campaña.
En medio de altos yuyales las casas esperan y se deterioran, por las noches desaparecen inodoros y lavatorios, las juntas ya sufren por la humedad, los caminitos se resquebrajan como si por ahí caminaran personas, tan solo un par de tristes y abandonados caballitos buscan pasturas, como “colaborando” para que los pastizales no tapen las casas.
Ver esas rajaduras en las casas que aun no se entregaron deja la sensación de un bebé viejo, es como “El extraño caso de Benjamin Button”, en versión radical.
La crónica contará que en ese lugar el gobernador detuvo el tiempo, sin importarle que hay 28 familias desesperadas por tener un techo, o en realidad por hacerse cargo de ese techo que les fue asignado, en algunos casos hace 4 años, cuando en septiembre de 2017 una funcionaria que tal vez ya no lo sea (el cronista no la encontró en Google) les firmó un papel acreditando que eran merecedores de esas viviendas.
El papel, algo ajado, pero evidentemente cuidado, y dignamente envejecido, muestra una firma al pie, Carmen A Sanclement, Desarrollo Humano, Unidad Ejecutora Habitat, muestra también una fecha, 20-09-2017 el día que a esas personas les dijeron “les vamos a construir una casa. ¿Podrá el lector imaginar las sonrisas?
Son todas familias muy humildes, trabajadores y trabajadoras a quienes la vida no les ofreció muchas oportunidades, pero que un día pensaron que la suerte no estaba echada, que no estaba todo perdido, que podrían vencer a la adversidad y abandonar ese ranchito, o salir de la “pieza” prestada por un suegro solidario durante tanto tiempo. A lo largo de estos cuatro años fueron muchas veces al lugar en el que se levantaba su sueño, el de vivir en una casa que no se destruya en cada tormenta, vieron como se construían sus viviendas y soñaban con el lugar dónde pondrían una heladera, o las camas de los chicos.
Hace un año y medio pudieron comprobar que sus viviendas estaban terminadas, y comenzaron a preguntarse “¿cuándo?”, “¿qué más falta?”, “¿se las habrán dado a otra familia?”, como siempre repetimos, los gobiernos radicales siempre generan preguntas, y los años pasan, pero las respuestas no llegan.
Lo que pasaba era que el egoísmo de Gustavo Valdés puede más, el gobernador les sigue diciendo que esperen, que esperen hasta que ellos consideren que las fotos de la entrega les reportarán 5 votos más que si se las entregaran hoy, el acto más perverso de la política, la foto de ocasión que no tiene otro tiempo que el de la especulación electoral.
Tanto tiempo pasó que la directora de Hábitat y Vivienda del municipio, Sara Alegre, viendo la congoja de esas familias, le escribió una carta al interventor del Invico, Julio Veglia, “¿qué les pasa?”, “¿cuándo van a entregar esas casas?” se imagina uno a Sarita mientras escribía otras palabras, eligiendo unas que no fueran confrontativas, unas que no motivaran represalias de esos gobernantes fríos y crueles, que desde que esas casas están terminadas ya vinieron a la ciudad, al menos una decena de veces, sin mirarlos, sin escucharlos, sin siquiera pensar en ellos.
La mugre se acumula dentro de las casas, la mugre que baja desde lo peor de la política. Las familias designadas para recibirlas saben que esas casas están ahí, el gobernador sabe que están ahí, los dirigentes de ECO Cambiemos, a pesar de que no graban videítos reclamando su entrega, también saben que están ahí, lo único que falta es que alguien “decida”, cual monarca medieval, un día y una hora para que las casas y sus dueños logren juntarse.
Son 28 casas, no 2.800, no 280, no, apenas 28. ¿Qué “milagro” político esperará Gustavo Valdés conseguir en campaña con esas 28 viviendas?
LAS FOTOS DE LA VERGÜENZA:
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