De la Redacción de Contrapoder –
Los familiares de los tripulantes del submarino que se le perdió a Mauricio Macri, ARA-San Juan, denunciaron hoy que la Armada intenta solapadamente convencerlos de que vuelvan a sus provincias, además dijeron que desde la comandancia bajaron un “pedido” para que ya no hagan declaraciones a la prensa.
“Acá me quedo y de acá no me voy hasta que me traigan a mi hijo”, avisó una mujer, que se encuentra en Mar del Plata con otro de sus hijos. En general las familias de los tripulantes desaparecidos vienen descargando su indignación sobre el presidente Macri y el ministro Aguad; y se muestran más abiertos a mostrarse “agradecidos” a la Armada, que desde hace más de dos semanas les da alojamiento, comida, transporte y atención integral a todos los que llegaron desde el interior.
Pero la mayoría de ellos, en medio de la congoja y angustia que genera la dramática vigilia, empiezan a advertir que desde la fuerza les empiezan a imponer algunos límites. Ayer comentaron al diario La Nación que a la madre de uno de los tripulantes le ofrecieron pasajes para que regrese a su casa, oferta que la mujer rechazó, pidió que los pasajes se los den abiertos, sin fecha, para retornar a casa cuando ella decida.
Otra madre de un suboficial dijo al mismo diario que le comentaron que el hotel en el que están alojados a costo de la Armada -se reparten entre el Antártida y el Tierra del Fuego- tiene todas sus camas reservadas a partir del 15 de diciembre para otras familias del personal de la fuerza que veranean en la ciudad. La mujer entendió que para entonces deberán liberar las habitaciones. “Si es necesario dormiré en la puerta de la Base Naval”, afirmó, segura de no abandonar la ciudad hasta no saber dónde está su hijo.
Y la otra denuncia, también con pedido de reserva, fue por “recomendaciones” de jefes navales para que no hagan declaraciones a los medios o sean más cuidadosos. No es la primera vez que trasciende el dato. Y contrasta con el de otros familiares que citan al propio jefe de la Base Naval, contraalmirante Gabriel González. “Siempre nos ha dicho que hablemos con toda libertad, y ahora nos quieren hacer callar”, afirmaron.
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