De la Redacción de Contrapoder –
El cierre de la Conferencia Industrial de la UIA estuvo a cargo del presidente de la entidad, Miguel Acevedo y de Mauricio Macri, entre ellos que se observó tensión, a punto tal que al término del discurso presidencial no compartieron la foto de rigor, como sí había ocurrido por la mañana con el presidente electo Alberto Fernández.
También, a diferencia del que había dado Alberto Fernández por la mañana, el discurso de Macri no despertó aplausos ni simpatías entre los pocos asistentes que se quedaron a escucharlo.
Aunque intentó destacar aspectos positivos de su gestión, Macri no tuvo herramientas para revertir el cuadro crítico que trazó el titular de la UIA, que lo precedió en la palabra. “Han sido cuatro años difíciles, en particular para la industria, pero ya estamos en una bisagra”, había dicho minutos antes Acevedo.
El titular de la UIA había hecho explícitos los problemas por los que atravesó el sector con las políticas macroeconómicas del gobierno saliente: la industria cayó 25% en los últimos ocho años, y casi 17% solo en los últimos cuatro, lo que dejó un saldo de 150.000 puestos de trabajo perdidos y su contracara en la situación social. “Así y todo, acá estamos con la intención de revertir la situación para volver a crecer”, dijo Acevedo resaltando sus expectativas por el cambio de Gobierno, en la propia cara de un incómodo Mauricio Macri que se acomodaba inquieto en la silla.
A la hora de hablar el presidente se mostró incómodo e inseguro, y aseguró que tuvo que tomar decisiones que le resultaron dolorosas, pero que en su gobierno se creció en ciertos aspectos, aunque, como siempre, lo hizo sin especificar demasiado. Creyó propicio recordarles a los industriales que les bajó los impuestos a las clases más pudientes, mencionando la baja de la presión tributaria de 3 puntos del PBI, aunque ni siquiera con eso logró sacarles un aplauso.
“Dejamos bases sólidas para el crecimiento sostenido de largo plazo”, sostuvo Macri ante la apatía de los pocos industriales que aun quedaban en el salón al término de su insulso discurso.
A lo largo de la noche la prensa se encargó de resaltar el episodio y el mal momento que le tocó vivir al presidente saliente, ni siquiera quienes lo defendieron durante los cuatro años de su gestión pudieron resaltar algo positivo.
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