De la Redacción de Coontrapoder –
La participación de los asalariados en la economía, que había llegado al 54% con Cristina Kirchner, cayó al 45% a finales del gobierno de Mauricio Macri y hoy está en 42,7%, dos puntos por debajo del derrumbe de la participación de los trabajadores que produjo el macrismo. Y si aún no cae abajo del 40 % es gracias a que dos sectores elevan el promedio: los Moyano mantienen una participación de los transportistas del 61% y Sergio Palazzo logró mantener en un 63,1% la participación salarial en la intermediación financiera. Los trabajadores de la industria manufacturera, que en épocas de Cristina se quedaban con el 48%, cayeron al 35% con Macri y derraparon al 28% con Alberto. Los trabajadores de la construcción se quedaban con el 40% con Cristina y hoy reciben el 35%. La pandemia concentró los ingresos dramáticamente.
Aunque la economía voló en 2021, los salarios no acompañaron el crecimiento económico. El PBI pasó de 390 mil a 490 mil millones de dólares, pero el salario registrado promedio solamente subió de 850 a 905 dólares. Estas cifras dan cuenta de que la concentración del ingreso persiste y se profundiza. Los datos de la Encuesta Permanente de Hogares muestran que los de abajo mejoraron su pobre situación, pero también revelan que la mitad de la población que tiene ingresos perdió contra la inflación en 2021. Ocho de cada diez asalariados reciben una remuneración menor que la canasta de pobreza de una familia tipo.
A medida que los trabajadores pierden participación, los beneficios empresariales crecen. “La ganancia empresarial se ha lucrado de la inflación a costa del bienestar social de los trabajadores”, aseguran desde la Celag. De forma acumulada entre 2016-2021, la masa salarial en la economía creció 335%, mientras que los precios subieron 474% y los beneficios empresariales, 523%. Entre 2020 y 2021 la masa salarial aumentó 42%, los precios escalaron 52% y la ganancia empresarial, 75%.
Los acuerdos salariales negociados hasta mitad de marzo de 2022 con cláusulas de revisión en septiembre y noviembre implican alzas nominales del salario entre 40 y 45%. Considerando las proyecciones inflacionarias de 2022 entre 48-55%, estas negociaciones ya anticipan una pérdida de entre entre 3 y 14% del poder adquisitivo del salario.
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