Por Juan Rezzano –
El palo fuerte viene de adentro -de la interna, no de la trinchera enemiga-, dice una máxima de la política que Lali Espósito acaba de reversionar: a Javier Milei, el palo fuerte le llegó de afuera, bien de afuera de la política, de allá de donde viene el líder ultraderechista.
Acaso el Presidente se haya sentido seguro en la asimetría formal de poder que convierte su ataque a la artista en un caso grosero de abuso del bastón de mariscal. Acaso su exabrutpto sea uno más en la saga de emociones violentas que va disparando un novato megalómano que anda ejerciendo sus nuevas responsabilidades públicas como si siguiera trabajando de panelista: sin filtro -la paradoja lingüística de un Súper Yo sin superyó-.
Javier Milei ataca a Lali Espósito
Como sea, con su estocada sobre la figura brillante pero aparentemente indefensa de la actriz, a quien agredió llamándola Lali Depósito -violencia machista flagrante, como señaló Ingrid Beck-, empujó a la cantante contra el paredón frente a hordas ultraderechistas digitales que, se sabe bien, porque hay un magniejemplo muy reciente, pueden corporizarse en esos lobos solitarios que se ceban mezclados en la manada o son instrumentos de fuerzas de infiernos que no existen, pero que los hay, los hay.
Con todo, los medios tradicionales son una pequeña parte del problema que se compró Milei, un presidente NyC en las pantallas. En este tiempo líquido que “requiere un poco de show“, como le dijo el showman de la Casa Rosada a Cristina Fernández de Kirchner-no pueden disimular: cada quien desde su orilla de la nueva grieta, el libertario y CFK, que alguna vez cayó en la tentación de confrontar con el ciudadano Ricardo Darín, se miran con secreto cariño-, la radiación de la bomba Lali corre imparable por el río correntoso de las redes.
Al cierre de esta nota, la respuesta que la artista publicó en su cuenta de Twitter, donde la siguen 7,3 millones de personas, contaba 14,7 millones de reproducciones, 21 mil respuestas, 80 mil retuits y 305 mil megustas.
Sr Presidente @JMilei
Mi nombre es Mariana Esposito, Nací en parque patricios , en el sur de la ciudad de Buenos Aires.
Tengo 32 años y trabajo hace 22 .
Comencé a trabajar a los 10 años en Televisión. En esos años tuve la dicha de participar de series y espectáculos con un…— Lali (@lalioficial) February 15, 2024
El video que posteó en Instagram, donde la siguen 12,1 millones de fans, acumulaba 1.726.392 likes y superaba los 180 mil comentarios.
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(Nota al pie: en esas publicaciones, la cantante, frente al agravio y la violencia, desplegó un show imperdible de prudencia, respeto y elegancia, con “ganas de construir algo positivo”.)
Si en el aquelarre de la desmesura libertaria queda algún rincón de cordura, probablemente habrá alguien contando los daños de un error no forzado inaceptable para quien sigue autopercibiéndose un extranjero en la casta; para quien en dos años detonó el sistema político y llegó a la Casa Rosada en andas de una montaña de votos inflada por el efecto ballotage.
Sí, el Gran Outsider debería haberla visto. ¿O no la quiere ver? Quizá la semana que viene, en un coffee break de la cumbre de ultraderechas a la que viajará, pueda preguntarle a su amigo el anfitrión Donald Trump, que rema para volver a la Casa Blanca, cómo le va en su batalla personal con la megaestrella global Taylor Swift y su marea infinita de swifties incondicionales.
Fuente Letra P
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