De la Redacción de Contrapoder –
Buscando minimizar la posibilidad de una reacción popular similar a la que se produjo frente al Congreso durante el saqueo a los jubilados, Mauricio Macri ordenó insistir con la reforma laboral durante el mes de junio, en pleno desarrollo del Mundial de fútbol, Rusia 2018.
El proyecto, empantanado en diciembre porque ni siquiera el PJ entreguista, comandado por los colaboracionistas Miguel Pichetto en Senadores y Diego Bossio en diputados, aceptó dar su apoyo a una reforma rechazada por la inmensa mayoría de los gremios que componen la CGT.
Según el diario La Nación el plan del Gobierno es ir por capítulos, logrando abrir el debate con los puntos en los que logrará consenso con la mayoría de los bloques legislativos y con la central obrera. En la primera tanda, que se intentará instalar tras el debate de la despenalización del aborto, se avanzaría sin problemas con el blanqueo de trabajadores informales, la ampliación de licencias por paternidad y las pasantías como capacitación laboral.
Aunque la idea del presidente es esperar al inicio del mundial de fútbol para insistir con los temas más polémicos, aquellos que perjudicarán directamente a los trabajadores, como el cálculo de las indemnizaciones, la posible creación de un fondo de desempleo en determinados sectores, la disminución del tiempo para iniciar juicios laborales, la modificatoria a la ley de Convenios Colectivos de Trabajo, y la rebaja de los aportes patronales a la seguridad social.
Esperanzado en que el mundial morigere sensiblemente la movilización, sobre todo en los días que juegue Argentina y/o sus rivales directos, Macri intentará que el castigo legal a la clase trabajadora pueda llevarse a cabo durante esos días sin protestas importantes en las calles.
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