Por Gabriel Morini –
A cuenta gotas y sin agitar las aguas, el Poder Ejecutivo avanza en el intento de cubrir vacantes estratégicas en el fuero Contencioso Administrativo Federal, los tribunales clave para garantizar la gobernabilidad. Más aún en momentos en que el Gobierno plantea una serie de reformas por delante que tendrán destino de ser judicializadas. Ya giró al Senado dos nombres para ocupar juzgados de primera instancia, de los seis que busca recambiar. Pero la primera reacción fue de frialdad de parte del bloque de senadores del PJ que esta semana analizarán la viabilidad de dar acuerdo a esos pliegos. Ya hubo una serie de cortocircuitos entre el peronismo, los operadores judiciales del Gobierno y la denominada “mesa judicial” que asesora al presidente Mauricio Macri por otras designaciones que tenían otros destinatarios originales. En el medio, sobrevuela el factor Elisa Carrió, casi la única referente política que visibilizó la implicancia y la relevancia que tiene poder delinear el 50% de ese fuero codiciado y temido por todas las administraciones por subir o bajar el pulgar a las decisiones de gobierno, o las leyes emanadas del Congreso. ¿Volverá a tensar Cambiemos la elección de los candidatos?
La semana pasada, en sendos mensajes, la Casa Rosada remitió al Senado la solicitud de acuerdo para Macarena Marra Giménez y Santiago Carrillo para los juzgados federales N°12 y N°3 respectivamente. Son de los menos problemáticos: la primera ya venía subrogando uno de esos estratégicos juzgados, mientras que Carrillo había hecho carrera en el fuero para luego pasar como relator letrado de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la elección de Macri y las primeras firmas de su lapicera no entusiasmaron mucho a los senadores peronistas, imprescindibles para avalar los nombramientos. No hay margen de error para este tipo de designaciones: más allá del compartimentado proceso, los nombres que surgen del trámite del concurso deben tener consenso previo absoluto desde las corporaciones política y judicial. Esa discusión es previa al proceso formal. Esta semana mantendrán reuniones para analizar qué destino darán a los pliegos. A lo sumo tienen dos sesiones más hasta fin de año, y en medio de un convulsionado clima por el tironeo de bancas en el Consejo de la Magistratura. Ese asunto será prioritario. En el PJ están sensibilizados con otra jugada que los dejó perplejos: había un preacuerdo para un juzgado federal de Concordia, Entre Ríos ya conversado con los operadores oficiales. Pero el poderoso secretario de Legal y Técnica, Pablo Clusellas ingresó a último momento y puso patas arriba la terna con otra nominada.
Macri se reserva el envío de los otros cuatro pliegos, surgidos de las ternas que le remitió el Consejo, con tácito aval de la propia Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal. El hombre fuerte allí es el camarista Sergio Fernández. Carrió le apuntó sus cañones de manera explícita en el testimonial pedido de juicio político al ministro de Justicia Germán Garavano. No sólo por su hermano, el auditor Javier Fernández (ahora salpicado por la causa “cuadernos”), sino por la relación sobreviniente con otro de los enemigos de la diputada, el presidente de Boca Juniors Daniel “Tano” Angelici. Recordó además que es vicepresidente del Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino. Al cuarto que vinculó como parte de la maniobra fue al representante del Ejecutivo en el Consejo, Juan Bautista Mahiques. A todos ellos, Carrió les achacó “haber llevado adelante acuerdos indebidos nada menos que para la designación de seis jueces en el concurso N° 324”. Habló de “números puestos” y de “enroque” de candidatos para privilegiar a los “favoritos”. De los seis postulantes, -muchos de ellos anticipados por Ámbito Financiero el 5 de septiembre pasado- que arrojó Carrió como predestinados a esas vacantes, tuvo un 100% de efectividad, al menos en los dos primeros nombres conocidos.
El dato saliente que puede volver a tensar Cambiemos es si Macri sigue la línea de ignorar las quejas de la diputada para este estratégico fuero. Según su denuncia solo tendrá que estampar su firma para que Analía Conde, Enrique Manuel Alonso Regueira, Roberto Furnari y Natalia Mortier cubran las otras cuatro vacantes para que se cumpla su profecía. En rigor, serían también los favoritos para la propia Cámara: Conde es la secretaria de la Sala II; Alonso Regueira es el de la Sala III (presidida por Fernández) y Furnari es el secretario general del tribunal. Mortier viene de la Justicia porteña y para Carrió es candidata auspiciada por Garavano. Una disputa política dentro de Cambiemos podría dilatar los tiempos para que esos pliegos lleguen a atravesar el Senado.
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