La inteligencia por sobre la interna: El PJ se unió y doblegó a Cambiemos
De la Redacción de Contrapoder –
El propio Mauricio Macri jugó fuerte para quedarse con la mayoría parlamentaria representativa en el Consejo de la Magistratura. Sin embargo, sucedió un hecho que lo descolocó junto con sus operadores en el Congreso: el peronismo se unió y acaparó los sitiales en disputa dentro del órgano de contralor de los jueces del país.
En las últimas horas, esto ocurrió en Diputados, pero también se dio en el Senado. Dos coletazos que golpearon fuerte en el macrismo ortodoxo. Los bloques Argentina Federal, el kirchnerismo y el massismo, entre otras vertientes justicialistas de la Cámara baja nacional, dejaron de lado las diferencias que los separan electoralmente y consensuaron los espacios para frenar la avanzada del Gobierno sobre la Justicia.
La sangría en la oposición comenzó tres años atrás. A días del recambio de gobierno, una docena de diputados del Frente para la Victoria dieron el portazo. Lo hicieron liderados por el ex Ucedé Diego Bossio, uno de los cristinistas que llegó primero a la Anses y luego se coló en las listas de la mano de la ex Presidenta.
Aun así, no dudó en hacer rancho aparte en una decisión que implicó el desembarco de Pablo Tonelli como representante del bloque de Cambiemos, que pasó a ser mayoritario por la defección de los que al romper el bloque provocaron que el Gobierno hiciera pata ancha en el Consejo, iniciando un progresivo avance sobre la Justicia, al que se puso freno horas atrás, cuando en el Senado hubo fumata, previa tarjeta roja al senador salteño Rodolfo Urtubey, que terminó siendo el pato de la boda de los arreglos de trastienda con el macrismo.
Este desplazamiento del hermano del Gobernador de Salta fue lo que determinó que la principal espada de Urtubey en Diputados se siente en las retrancas al momento de unirse al resto de la ofensiva peronista, en una decisión de alto costo político para las aspiraciones presidenciales, hoy devaluadas del hermano menor de los Urtubey.
Los peronistas lograron designar como nuevos integrantes al ultra kirchnerista, Eduardo “Wado” de Pedro y a la massista, Graciela Camaño. El tercer lugar será ocupado por el diputado oficialista, Pablo Tonelli.
Desde Cambiemos jugaron confiados de poder mantener a sus dos consejeros, pero la unidad opositora causó la salida del radical Mario Negri, cuyo mandato en el órgano encargado de designar y remover jueces vence el próximo lunes.
De acuerdo a los detalles brindados por los distintos medios porteños de alcance nacional, el oficialismo reunió 121 firmas para respaldar a sus candidatos, mientras que la oposición contabilizó 129, emulando lo hecho en 2015 por el macrismo, cuando logró sacarle un lugar al kirchnerismo en ese mismo órgano.
Repasando en detalle las voluntades alcanzadas por el PRO y sus aliados, fueron 108 propios del interbloque y se sumaron los tres de Evolución Radical -de Martín Lousteau-, la neuquina Alma Sapag, los cuatro de Unidad Justicialista -puntanos cercanos a Adolfo Rodríguez Saá- y los cinco misioneros del Frente para la Concordia, que forman parte de Argentina Federal.
Por su parte, el peronismo sumó a los 65 integrantes del Frente para la Victoria-PJ, 14 del Frente Renovador-UNA, 10 de Red por Argentina y 18 del Partido Justicialista. Además, por el espacio de Argentina Federal se acoplaron los cuatro cordobeses, los tres tucumanos y dos sanjuaninos. Firmaron también el bloque de Elijo Catamarca y el Frente Cívico por Santiago, compuesto por seis diputados.
De esta forma, los diputados lograron replicar lo sucedido en la Cámara de Senadores días atrás, donde el bloque Justicialista logró ubicar en el Consejo a Miguel Ángel Pichetto y Ada Itúrrez, tras llegar a un acuerdo con las bancadas opositoras.
En esta rápida recomposición de la estrategia opositora tuvo un rol determinante el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán que contribuyó de manera decisiva a contener la dispersión del bloque de senadores que eran críticos del eje Urtubey-Pichetto por la manifiesta sintonía con el macrismo. Finalmente, el rionegrino le largó la mano al salteño y terminó siendo la figura de consenso para enfrentar el desafío de poner límites al avance del oficialismo que, si hubiera logrado los dos espacios que terminó perdiendo, hubiera alcanzado el control absoluto de los 2/3, con lo que ello implica.
A partir de ahora, todo deberá negociarse. El oficialismo, que deberá desistir de la aprobación del pliego de la sucesora de Alejandra Gils Carbó, a quien el peronismo nunca la votará, es consciente de que otros vientos soplan en el campamento opositor.
Nada parece imposible a partir del acuerdo que unió a cristinistas con massistas; algo que parecía altamente improbable, acuerdo que congregó además al bloque del PJ y al sector que lidera Felipe Solá.
Como telón de fondo, el clima conspirativo y de tensión que rodea la mesa decagonal del cuarto piso del palacio de Tribunales. Allí, los números y el control del máximo Tribunal de la Nación preocupan al Gobierno, que espera ansioso el fallo de la Corte que se conocerá el 18 de diciembre. Se trata del tema del reajuste a los jubilados, un tema de alto impacto económico para las arcas estatales. En esta cuestión, la relación de fuerzas preocupa. Habría ya tres votos en contra del Gobierno, que corresponderían a la llamada ala peronista de la Corte que integran los santafesinos Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti, junto al cordobés Julio Maqueda.
Y para mayor preocupación del Gobierno, la incierta suerte que podría correr la Vicepresidenta del alto Tribunal, Elena Highton, sobre quien pende la amenaza de que un pedido de juicio político la ponga en jaque, quizás sin la misma capacidad de resistencia que muestra un viejo lobo de mar como Lorenzetti, que aun habiendo dejado la Presidencia conserva una importante cuota de poder, al punto de que el nuevo Presidente no pudo desplazar al Administrador de la Corte, un cargo clave.
Fuente: El Libertador
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